La Agencia de Información Energética (EIA) de Estados Unidos anticipó en su último reporte que el mercado petrolero mundial enfrentará un ciclo de precios a la baja. Según el organismo, el barril Brent —referencia para las exportaciones argentinas— promediaría 59 dólares en el último trimestre de 2025 y podría descender hasta la zona de 50 dólares hacia mediados de 2026.
La proyección coincide con la estrategia del gobierno de Donald Trump de contener las presiones inflacionarias en la economía estadounidense, pero genera preocupación entre las petroleras que operan en Vaca Muerta.
Con los planes de inversión para el próximo año en etapa de definición, una caída de esta magnitud implicaría menores márgenes de rentabilidad y una posible desaceleración de proyectos.
En la formación neuquina ya se perciben señales de enfriamiento. Durante agosto se conectaron 28 nuevos pozos de shale oil, un nivel 30 % inferior al promedio de 2024.

Si bien la producción de crudo argentino alcanzó en julio un récord de 822.000 barriles diarios, los analistas advierten que este ritmo podría estabilizarse en los próximos meses a medida que los pozos recién perforados alcancen su pico de inyección.
Inventarios en alza y fin de los recortes de la OPEP+
El informe de la EIA atribuye la tendencia bajista a un aumento de los inventarios globales. El organismo prevé que las existencias mundiales crecerán en promedio más de 2 millones de barriles por día entre el tercer trimestre de 2025 y el primero de 2026, impulsadas por la decisión de la OPEP+ de concluir antes de lo previsto sus recortes voluntarios de producción.
Según la agencia, los precios deprimidos podrían llevar más adelante a una reducción de oferta que modere la acumulación de reservas, aunque ese efecto se sentiría recién en la segunda mitad de 2026.
Un escenario desafiante para Argentina
Para las operadoras que desarrollan Vaca Muerta, el nuevo escenario obliga a recalcular costos y tiempos. Distintos estudios de mercado ubican el punto de equilibrio del shale neuquino cerca de los 45 dólares por barril, por lo que un Brent sostenido en torno a 50 dólares dejaría poco margen para expandir perforaciones y fracturas.

A este contexto internacional se suma la incertidumbre local. Las compañías monitorean de cerca la evolución del tipo de cambio y la disponibilidad de divisas, factores que inciden de manera directa en los costos de desarrollo y en la capacidad de girar utilidades.
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Producción récord en Estados Unidos
Mientras proyecta precios más bajos, la propia EIA reportó que la producción estadounidense alcanzó en junio un récord de 13,58 millones de barriles diarios, a pesar de que el número de equipos de perforación activos cayó a 412, el menor nivel de los últimos años.
La administración Trump sostiene que las mejoras de eficiencia permitirán sostener altos niveles de extracción aun con precios más moderados, aunque ejecutivos de grandes operadoras, como ConocoPhillips, advierten que un Brent en torno a 50 dólares prolongado en el tiempo terminaría provocando un declive gradual en la producción de shale oil norteamericano.