El Gobierno Nacional anunció una profunda reestructuración del sistema de transporte terrestre y seguridad vial en Argentina mediante un decreto presidencial.
Según informaron desde la administración central, se disolverán la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y la Comisión Nacional del Tránsito y la Seguridad Vial (CNTySV).
Además, la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) se reorganizará y pasará a llamarse Agencia de Control de Concesiones y Servicios Públicos de Transporte, mientras que la Junta de Seguridad en el Transporte (JST) se reducirá y será reemplazada por la Agencia de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación, focalizada exclusivamente en el transporte aéreo civil.
Disolución y reorganización para un Estado más eficiente
El Gobierno explicó que esta reestructuración busca avanzar hacia un Estado más ágil, profesionalizado y menos burocrático, optimizando el uso de recursos públicos y eliminando duplicidades en funciones.
La decisión, alineada con los lineamientos del presidente Javier Milei y el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, “tiene como objetivo mejorar la gestión, reducir costos operativos y fomentar la transparencia en la administración pública”.
Nueva Agencia de Control de Concesiones y Servicios Públicos
La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) cambiará su estructura y funciones para transformarse en la Agencia de Control de Concesiones y Servicios Públicos de Transporte.

Este nuevo organismo descentralizado, dependiente de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía, tendrá autonomía funcional y operativa para fiscalizar concesiones viales, ferroviarias y del transporte automotor de jurisdicción nacional.
Entre sus responsabilidades estarán la aplicación de sanciones por incumplimientos, la gestión de reclamos de usuarios y la investigación de accidentes ferroviarios.
Con esta nueva estructura, el Gobierno pretende fortalecer la supervisión y control del sistema de transporte público, garantizando mayor eficacia y transparencia.
Reducción y especialización en seguridad vial y aérea
Por otro lado, la Junta de Seguridad en el Transporte (JST) dejará de existir en su forma actual y pasará a ser la Agencia de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación.
Su ámbito de acción se limitará al transporte aéreo civil, cumpliendo con los estándares internacionales de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Las investigaciones técnicas relacionadas con accidentes en transporte automotor y ferroviario serán asumidas por la Secretaría de Transporte y la nueva Agencia de Control de Concesiones, respectivamente.
Distribución de funciones de organismos disueltos
Las funciones de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) se distribuirán entre la nueva Agencia de Control y dos unidades organizativas dentro del Ministerio de Economía, ubicadas en la Secretaría de Transporte y la Secretaría de Obras Públicas.
Por su parte, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) transferirá sus funciones a la Secretaría de Transporte y a Gendarmería Nacional.
La Comisión Nacional del Tránsito y la Seguridad Vial (CNTySV), sin presupuesto ni personal identificable, verá sus funciones absorbidas por la Secretaría de Transporte a través de la Subsecretaría de Transporte Automotor.
Impacto y ahorro para el Estado
El Gobierno señaló que esta reestructuración responde a la necesidad de optimizar la infraestructura y los recursos del Estado, eliminando estructuras sobredimensionadas.
En particular, de acuerdo con la información oficial, la Dirección Nacional de Vialidad cuenta con una plantilla de más de 5.000 agentes, con un 67 % en tareas administrativas o jerárquicas, y solo un 33 % en funciones operativas.
En ese sentido, desde la Casa Rosada se anunció que la disolución de la DNV generará un ahorro estimado en 100 millones de dólares anuales para el Estado nacional.
Además, “se potenciará la tercerización y concesión de obras viales, con mejores resultados técnicos y operativos”.