Por Redacción Argenports.com
El especialista en logística marítima, ingeniero naval y criador de ganado, Gustavo Alonso, evaluó el reciente caso del buque Spiridon II, que partió de Montevideo con 2.901 bovinos en pie, y advirtió que se trata de “un ejemplo extremo del sufrimiento animal, fallas de control y una estrategia comercial equivocada”.
Según detalló, el barco zarpó el 19 de septiembre rumbo a Turquía, pero tras llegar a rada el 21 de octubre, las autoridades rechazaron el desembarque por divergencias en la identificación de varios animales, incluidos 469 bovinos cuyos datos no coincidían con las listas.
“Después de más de un mes de navegación, los animales quedaron varados en el Mar de Mármara y ya había al menos 65 muertes a bordo”, analizó Alonso.
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Tras negociaciones fallidas, el buque regresó sobre su ruta, pasó por Italia, entró en Benghazi y finalmente puso rumbo a Alejandría, Egipto.
La información central del caso fue publicada en una nota de opinión en el suplemento Transport & Cargo, del medio El Cronista, donde Alonso desarrolló un análisis técnico y sanitario.que generó fuerte repercusión en el sector.

Ingeniero Gustavo Alonso
Buques viejos y banderas de conveniencia
Alonso destacó que el Spiridon II, con 52 años de antigüedad, refleja el tipo de unidades utilizadas en este segmento: “Son barcos que en cualquier otra categoría estarían fuera de servicio. Muchas aseguradoras ni siquiera cubren este tipo de transporte”.
También cuestionó la bandera de Togo, registrada como bandera de conveniencia según la ITF. “Si ya hay riesgos en el cumplimiento de normas mínimas a bordo, mucho peor es lo que ocurre con los animales”, afirmó.
Estrés extremo, alimentación deficiente y abortos a bordo
El especialista remarcó que los animales sufren un cuadro de estrés permanente por cambios ambientales, encierro, uso de picanas y alimentación de baja calidad.

“La vaca es un animal rutinario. El estímulo permanente se transforma en miedo y estrés crónico, baja el metabolismo, disminuye el apetito y cae la inmunidad”, explicó.
Alonso advirtió que la proporción de novillas preñadas agravó la situación. “Se estima que unas 150 habrían abortado, y muchas matrices pueden morir 48 a 72 horas después. A bordo no existe infraestructura para atenderlas”.
¿Desacuerdo comercial o problema sanitario?
Sobre el rechazo en Turquía, Alonso consideró que la explicación no es clara. “Si el problema era comercial, se renegocia. Lo llamativo es que se embarque ganado bajo condiciones CIF o CFR cuando el riesgo debería recaer en el importador”.
También cuestionó inconsistencias en la trazabilidad: “El ganado de exportación tiene registros electrónicos, tatuajes y caravanas. Resulta extraño que existan desvíos significativos”.

Lo que también generó dudas fue la reacción oficial: “El Ministerio intervino 24 días después del arribo. Si el problema era sólo comercial, ¿por qué ese cambio de postura?”.
Un riesgo para los mercados futuros
Según datos citados por Alonso, Uruguay exportó más de 315.000 cabezas en 2024, por unos USD 322 millones, pero advirtió que esta estrategia puede afectar mercados estratégicos.
“Turquía compra animales en pie para expandir su rebaño y depender menos de la carne procesada. A corto plazo genera ingresos, pero puede erosionar los mercados futuros”, planteó.
A eso suma un efecto técnico: “Deshacerse de vaquillonas preñadas de calidad puede llevar años corregir”.
También recordó que existen herramientas reproductivas modernas —como fertilización in vitro y traslado de embriones— que evitarían el sufrimiento animal y el uso de barcos obsoletos.
“Debería prohibirse el transporte marítimo de ganado en pie”
Para Alonso, el caso Spiridon II expone un riesgo ético y sanitario, pero también reputacional.
“Exportar sin valor agregado, usar barcos viejos, aceptar mortalidades elevadas y exponer hembras preñadas al estrés extremo… ¿vale la pena arriesgar la reputación ganadera?”, cuestionó.
Desde su experiencia como especialista en logística marítima y criador de ganado Jersey en Brasil, donde su establecimiento cuenta con certificación de Bienestar Animal y ha obtenido la Gran Campeona Nacional de la raza durante tres años consecutivos, fue categórico:
“Debería prohibirse definitivamente el transporte marítimo de ganado en pie. Es una barbarie medieval disfrazada de negocio”.











