Por Redacción Argenports.com
La licitación estratégica para la concesión de la Hidrovía Paraná-Paraguay volverá a escena antes de fin de año.
A diferencia del intento anterior, anulado por denuncias e irregularidades, esta vez el proceso avanza sin urgencias y con una hoja de ruta más amplia, que incluye rondas de consulta técnica, revisión de pliegos y una audiencia pública.
El Gobierno, a través de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación que encabeza Iñaki Arreseygor, busca otorgar un nuevo contrato para el dragado y señalización del sistema fluvial que moviliza más de 28.000 millones de dólares en exportaciones por año.
Una concesión más corta y sin empresas estatales extranjeras
Uno de los cambios más relevantes será la duración de la concesión. El plazo original de 30 años será reducido a 20, como reclamaron diversos sectores durante las reuniones de consulta realizadas en Rosario.
“Se necesitan al menos 20 años para amortizar las inversiones en dragas”, explicaron desde el Ejecutivo.
Además, se mantendrá una cláusula de exclusión clave: no podrán participar empresas controladas por Estados extranjeros. Esto deja afuera, una vez más, a empresas chinas con participación estatal.
La restricción, contemplada en el artículo 16 del reglamento anterior, también aplicará al nuevo llamado.
Consultas técnicas y cronograma previsto
El nuevo proceso incluye etapas previas de consulta técnica con usuarios y especialistas, aunque aún no se invitó a empresas interesadas.
La agenda prevé dos encuentros más: uno en julio y otro en agosto. Recién luego se habilitará la participación de oferentes para la revisión de los pliegos y la realización de la audiencia pública.
Según precisó el periodista Diego Cabot, de La Nación, si se cumple este cronograma, los pliegos finales podrían estar listos en octubre o noviembre.
Desde la Agencia confirmaron que varias de las empresas que se presentaron en el proceso anterior volverán a competir, incluyendo gigantes como Jan De Nul y DEME.
Un proyecto clave para el comercio exterior
El objetivo oficial ahora es dejar atrás las polémicas y concretar una concesión que garantice eficiencia operativa en el principal corredor exportador del país.
La discusión no gira solo en torno a los costos del peaje, sino en la necesidad de una navegación fluida que evite demoras y pérdidas millonarias.
“Un barco parado un día cuesta más que un peaje alto”, señaló una fuente del equipo técnico. Por eso, en los encuentros realizados en Rosario se discutieron temas clave como los sitios de sobrepaso y el ancho del canal dragado.
Aunque el nuevo proceso parece encaminarse con mayor consenso, los intereses económicos en juego siguen siendo enormes. Y hasta que no se publiquen los pliegos definitivos, nada está definido.