Escobar, en el río Paraná de las Palmas, donde se recibe el GNL importado y el buque regasificador lo convierte en gas natural para luego inyectarlo en la red troncal.
Un impensado error de cálculo podría encarecer la actividad del barco regasificador de Gas Natural Licuado (LNG, por sus siglas en inglés) que opera en el puerto de Escobar, sobre el Río Paraná de las Palmas.
Si bien todos los años es necesario realizar el dragado de la zona para garantizar los 14 metros de profundidad que necesita la embarcación, según el sitio especializado en energía EconoJournal, la petrolera YPF, que comparte con IEASA (ex Enarsa) la propiedad de la terminal pero está a cargo de su operación, presentó hace un mes un permiso ante el Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS) para dragar solo 11 metros.
“La autorización le fue concedida, pero necesita modificarla. El mismo error se repitió en otras dependencias estatales como la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante”, señaló la publicación.
Eso demoró los plazos y el primer buque metanero llegó la semana pasada cuando todavía el dragado no estaba concluido.
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El barco regasificador Expedient (de Excelerate) puede almacenar 150.000 metros cúbicos de GNL, pero con un dragado de 11 metros esa capacidad se reduce a 120.000 metros cúbicos.
A raíz de ello, se le solicitó a la británica BP (a cargo de la entrega del primer cargamento metanero) si podía demorar el envío de su primer embarque hasta que se concluyera el dragado, pero la empresa respondió que era imposible por los compromisos que tiene en otros lugares.
Los barcos metaneros que transportan tanto combustible a Escobar cargan entre 80.000 y 90.000 metros cúbicos.
Por lo tanto, no hubo problemas para descargar el GNL. Pero se decidió que, una vez hecha la descarga, el buque regasificador abandone el puerto y se ubique en río abierto hasta concluir con el dragado.
Según EconoJournal, se resolvió hacer eso ahora porque a medida que se acerque el invierno los buques comenzarán a llegar uno tras otro y ya no habrá margen para realizar esa tarea.
“El problema es que mover el barco de Excelerate tiene un costo del que se deberán hacer cargo la UTE que integran YPF e IEASA”, se indicó.
Cabe recordar que el dragado a 14 metros es indispensable porque, de lo contrario, la flexibilidad operativa del barco regasificador se reduce y eso también podría terminar incrementando los costos de la terminal.
Por ejemplo, si en el invierno se suceden algunos días de temperaturas cálidas, el consumo de GNL se va a reducir. Por lo tanto, la capacidad disponible en el barco va a ser menor.
De este modo, el riesgo de que los próximos buques metaneros no puedan descargar se acrecienta y eso implica penalidades —de entre 50.000 y 80.000 dólares por día— que IEASA deberá pagarle a las empresas a las que se le compraron los distintos cargamentos.
“A raíz de eso, el ala política de YPF intenta desde la semana pasada corregir el error administrativo para poder dragar hasta los 14 metros. Aunque se consigan los permisos para realizar ese trabajo, es complicado encontrar una ventana de oportunidad temporal para concretarlo porque el buque Expedient ya está trabajando a full para inyectar gas en el sistema de gasoductos”, indicó el portal.
No es sencillo, además, poder salvar el error porque modificar los permisos lleva su tiempo, sobre todo después del conflicto que derivó en la clausura del puerto de Escobar en octubre del año pasado por orden de Justicia.
En aquella ocasión un magistrado de Campana procedió a clausurar el puerto a partir de la denuncia de una vecina de Escobar respecto a una “situación de peligro de muerte urbana masiva por estragos de incendio o explosión del Gas Natural Licuado”.
El levantamiento de esa clausura preventiva llevó varios meses y forzó la intervención de la secretaría de Energía hasta que finalmente en enero de este año se pudo revertir la medida.