Analistas explican que la debilidad del comercio exterior argentino es que exporta los mismos productos hace una década y las ganancias siempre dependen de los precios.
La Argentina exportó su mayor volumen en la última década a partir del auge en el precio de los commodities agrícolas, de acuerdo con datos oficiales.
Ese fenómeno permitió absorber una gran cantidad de divisas en la primera mitad del año, que fueron claves, junto con el envío de fondos del FMI a través de Derechos Especiales de Giro (DEG), para que el Banco Central llegue a fin de año con algo de reservas en sus arcas.
El volumen de exportaciones creció 19,7% interanual en el tercer trimestre y alcanzó el mayor nivel en los últimos 10 años.
En los primeros nueve meses del año las exportaciones sumaron USD 58.276 millones, según el INDEC.
Pero los analistas dudan sobre si los altos precios de la soja y otros productos claves se repetirán en el 2022.
Medidas en dólares las exportaciones crecieron casi 40% en los primeros nueve meses del año.
Pero el 70% de los que se exporta son bienes de origen agropecuario, por lo que está faltando una mayor presencia de las manufacturas fabriles y la industria del conocimiento.
La suba de precios internacionales disparó el valor de las exportaciones argentinas, según un informe de la consultora DNI.
De todas maneras, en las últimas semanas se produjo una baja en algunos precios internacionales que abren un interrogante.
Aún así, el poroto de soja está un 22% interanual arriba en octubre.
Los analistas sostienen que esos precios no se veían desde 2012.
En volúmenes, hubo subas interanuales en el tercer trimestre en las manufacturas de origen industrial (31,9%), productos primarios (27,9%), combustibles y energía (10,8%) y manufacturas de origen agropecuario (6,4%), traccionadas por la recuperación de China y Brasil, y el alza de los precios internacionales de la energía.
En el sector fabril, las exportaciones repuntaron por la mayor demanda global tras la parálisis del año pasado en medio de la pandemia.
Analistas explican que la debilidad del comercio exterior argentino es que exporta los mismos productos hace una década y las ganancias siempre dependen de los precios.
Un tema seguido de cerca por el Banco Central es que la suba de las importaciones en cantidades supera el nivel de actividad, por la decisión de las empresas de acumular stocks ante las expectativas de devaluación.
Fuente: NA.