Por Redacción Argenports.com
Mar del Plata vivió un momento inesperado el pasado lunes por la tarde, cuando la silueta de un buque verde frente a Playa Grande despertó la curiosidad de quienes, aprovechando el clima primaveral, miraban el mar mientras compartían mates y trataban de adivinar su procedencia y propósito.
Se trató de la draga Minerva, de bandera belga, reconocida internacionalmente por ser la primera en el mundo impulsada por Gas Natural Licuado (GNL).
Este tipo de embarcaciones son denominadas “buques verdes” por emplear tecnologías y combustibles que reducen al mínimo las emisiones de gases contaminantes.

La draga trabajando en el Río de la Plata.
Un gigante ecológico en aguas marplatenses
La Minerva es una draga de 84 metros de eslora y 18 de manga, con capacidad de carga para 2.700 toneladas y equipada con dos motores que le otorgan una potencia total de 6.500 caballos, alcanzando una velocidad máxima de 12 nudos.
Construida en 2017 en el astillero Royal IHC de Países Bajos, cuenta con certificaciones ambientales como “Green Passport” y “Clean Design”, que avalan el cumplimiento de las normas internacionales más exigentes en materia de sostenibilidad.
El buque pertenece a DEME Group, Dredging Environmental and Marine Engineering N.V.
El uso de GNL como combustible le permite reducir significativamente las emisiones de dióxido de carbono (CO₂), óxidos de azufre (SOₓ), óxidos de nitrógeno (NOₓ) y partículas, convirtiéndola en un ejemplo de cómo la industria naval avanza hacia operaciones más limpias y eficientes.
Mantenimiento en SPI
Actualmente, la Minerva se encuentra en el astillero SPI, donde realiza tareas de mantenimiento.
No es la primera vez que pasa por Argentina: en septiembre de 2022 estuvo en dique seco en el astillero Tandanor, en Buenos Aires, tras completar trabajos de dragado en el canal Martín García.

Su llegada a Mar del Plata, según precisó el portal 0223, no pasó desapercibida. El contraste entre su color verde intenso y la postal habitual de la costa local atrajo miradas y cámaras de marplatenses y turistas, que se llevaron una imagen poco común y cargada de simbolismo sobre el futuro del transporte marítimo.