Imagen corresponde a un proyecto terrestre de licuefacción en Port Arthur (Texas), en la costa del Golfo de México.
Por Adrián Luciani
aedgarluciani@gmail.com
Esta semana, tras retornar junto al presidente Alberto Fernández de la gira por Rusia y China, el gobernador bonaerense Axel Kicillof hizo alusión a las futuras buenas noticias sobre inversiones que habrá próximamente para la provincia.
Incluso, aunque sin dar mayores detalles, en diálogo con Radio Nacional Bahía Blanca, el funcionario precisó que algunas de esas inversiones rusas y chinas se dirigirán a esa ciudad del sur provincial.
El presidente Alberto Fernández en China. Más atrás aparece el gobernador bonarense.
Sabido es el interés de empresas de ambas potencias en proyectos como el Tren a Vaca Muerta o el gasoducto desde los yacimientos neuquinos hasta Salliqueló (provincia de Buenos Aires) en una primera etapa, y luego hasta el sur de Santa Fe.
Si bien nadie descarta que los proyectos a los que aludió el gobernador Kicillof sean esos, también se suma la posible instalación de una planta de licuefacción de gas, destinada a convertir en GNL el gas proveniente de Vaca Muerta, para luego exportarlo a China.
La idea incluso volverá a tomar mayor fuerza si es que se avanza, de una vez por todas, con el gasoducto desde Vaca Muerta a Salliqueló y luego al sur de Santa Fe, ya que incluso en la primera etapa de la obra permitiría disponer de gas suficiente en Bahía Blanca para su procesamiento y posterior exportación.
Al tema se refirió ahora el periodista Andrés Lerner, de Ambito, quien dijo el proyecto, elaborado por el ministerio de Desarrollo Productivo, tomaría forma a través de una Inversión Extranjera Directa (IED).
Además de un calado conveniente, instalacoines y sitios abrigados, Bahía Blanca cuenta con años de experiencia en el manejo de GNL.
El convenio también establecería una estabilidad de precios por una cantidad de años a definir.
El proyecto podría tener un alto impacto porque más allá de garantizar los fondos para llevar adelante la obra, comprometería también la compra de un determinado volumen del GNL.
En ese punto, ayudaría a equilibrar la balanza comercial bilateral con China, que hoy arroja un déficit anual superior a los u$s7.300 millones.
“Argentina necesita extraer todo el gas posible de Vaca Muerta, es un combustible de transición que podría dejar de utilizarse en los próximos treinta años”, explicó uno de los funcionarios que trabaja en la negociación con el gigante asiático.
Hace años se viene hablando en el país de la instalación de una planta terrestre de licuefacción destinada a procesar el gas natural de Vaca Muerta para luego exportarlo por barco convertido en Gas Natural Licuado (GNL).
De hecho durante la presidenta de Mauricio Macri la petrolera YPF desarrolló en Bahía Blanca una experiencia en tal sentido, la cual luego fue desechada por el gobierno de Alberto Fernández por sus grandes pérdidas.
La barcaza abasteciendo con GNL a un buque metanero. Fue una de las pocas exportaciones y con resultado negativo.
El golpe final al proyecto fue dado en noviembre del año pasado, cuando la petrolera decidió dar por terminado anticipadamente el contrato con la empresa Exmar, propietaria de la barcaza de licuefacción Tango, que operó en el puerto de Bahía Blanca.
Una de las razones de la decisión estuvo dada por la nula rentabilidad del proyecto, incluso con los precios más altos de venta del GNL registrados antes de la pandemia porque se estimó que el costo diario de a barcaza, incluyendo el alquiler, uso de muelle de terceros, étc, era de unos 200 mil dólares diarios y las 5 cargas exportadas no alcanzaron ni por asomo a cubrir los gastos.
También hubo otros dos proyectos de producción de GNL para exportación que tuvieron a Bahía Blanca como el punto geográfico más conveniente para una planta terrestre.
El primero, a gran escala, pero muy costoso, estuvo a cargo de YPF, mientras que el restante, más modesto y realizable, es impulsado por una asociación entre las empresas Transportadora de Gas del Sur (TGS) y Excelerate Energy.
De hecho este último jamás fue descartado ya que plantea la construcción de una planta modular, que pueda ser ampliada de acuerdo a las posibilidades y necesidades del mercado, requiriendo de manera inicial una inversión mucho menor que le primero y acorde a las posibilidades del mercado local.
Se trata de una instalación on-shore escalable, con módulos de 4 millones de m3 cada uno de capacidad y una inversión de hasta u$s800 millones por cada uno, la cual se puede ampliar hasta un total de 16 millones m3.
Sobre el proyecto de YPF, un par de meses atrás fue consultado Pablo González, presidente de YPF, quien señalo que “hoy no hay nada firme. Estuvimos viendo algunas empresas que ofrecen ese servicio. Los precios internacionales del gas licuado son interesantes pero todavía no hay nada concreto”.
En cuanto a Excelerate, el año pasado Steven Kobos, CEO de la empresa, admitió en Washington que se mantiene la idea de concretar, junto con Transportadora de Gas del Sur (TGS), una planta terrestre en Bahía Blanca.
Incluso la gerenta general, Gabriela Aguilar, también se manifestó en tal sentido en varias oportunidades.
Hasta ahora todo parece indicar que el sitio elegido es Bahía Blanca, más concretamente un área cercana a Puerto Galván.
Pero volviendo al interés de China, según el informe de Ambito, es concreto.
“En 2021, ese país se convirtió en el mayor importador mundial de gas natural licuado tras aumentar en un 17,8% interanual sus compras, según un informe de la consultora IHS Markit que publicó la agencia EFE.
Según la publicación, fuentes del Gobierno anticiparon que, en este caso, no se trataría de un crédito de país a país sino que, por los montos que implicaría, podría cristalizarse a través de una Inversión Extranjera Directa.
De ser así, no comprometería el escenario financiero local y tendría plazos más cortos. “Podría concretarse este año, aunque restan discutir algunas cuestiones”, agregaron en ese sentido.
Un punto a discutir es el nivel de integración nacional que tendrá la iniciativa. El grado de participación de proveedores locales fue incluso uno de los planteos que Argentina llevó a la mesa conversación para las obras que se impulsarán en los próximos años, ya que China suele acompañar el financiamiento con provisión de equipos e insumos.
¿Fantasía o realidad? Los próximos meses serán claves para comenzar a dilucidar si se trata de un proyecto real, con visos de concreción, o nuevamente el tema termina engrosando la nómina de iniciativas fallidas y sueños rotos.