Por Redacción Argenports.com
Vaca Muerta atraviesa una transformación profunda que impacta en su cadena de proveedores y pone en jaque a empresas que hasta hace poco eran claves en el engranaje productivo del shale.
La firma NRG Argentina, con planta en Allen (Río Negro), se encuentra en una situación crítica tras perder protagonismo en la provisión de arena silícea para fractura hidráulica.
El cambio en la demanda llevó al despido de al menos 230 trabajadores en los últimos dos meses y mantiene en vilo al sector.
Según denunció el delegado del sindicato AOMA, Kevin Muñoz, “se dice que esa arena ya no sirve y eso llevó a que las petroleras dejen de comprarla”.
La afirmación se refiere a la menor calidad de la arena patagónica frente a las nuevas exigencias técnicas de las operadoras, que volvieron a optar por insumos importados desde China, Estados Unidos y Brasil, así como nacionales provenientes de Entre Ríos.
El modelo que privilegiaba la “arena de cercanía” —más barata por razones logísticas— se está desdibujando frente a la necesidad de mayor eficiencia y productividad en los pozos no convencionales.
El cambio deja a la planta rionegrina en una posición vulnerable, con una plantilla que llegó a superar los mil empleados y hoy se reduce progresivamente.

Cambios en el abastecimiento y caída de la demanda local
Hasta hace unos años, Vaca Muerta importaba arena de sílice a costos que rondaban los $1.000 por tonelada.
Sin embargo, el avance del fracking hizo que las empresas aumenten la cantidad de punciones por día (de 2 a unas 10 por pozo), lo que elevó la necesidad de un insumo más resistente y homogéneo.
Cada etapa de fractura consume entre 200 y 300 toneladas de arena, lo que se traduce en entre 10.000 y 15.000 toneladas por pozo y hasta 100 camiones diarios para abastecer los sets de fractura.
Si bien las arenas patagónicas cumplen con las normas, presentan limitaciones frente a la presión de confinamiento (lo que se conoce como “crushing strength”), una debilidad que afecta su desempeño.
Las arenas de Entre Ríos, por ejemplo, tienen mejores propiedades técnicas, al igual que las que provienen de Wisconsin, en Estados Unidos, aunque esta última opción quedó relegada en el pasado por su alto costo logístico.
NRG: del crecimiento acelerado a la crisis
NRG Argentina protagonizó una etapa de expansión ambiciosa en la última década.
Incorporó una planta procesadora y una flota propia de 160 camiones, además de contratar otros 250 de forma tercerizada. Proyectaba alcanzar las 1,3 millones de toneladas de producción anual de arena silícea, en paralelo con el crecimiento del shale.
Sin embargo, los problemas financieros comenzaron a notarse a fines del año pasado.
La empresa inició un plan de reestructuración que derivó en desvinculaciones masivas, con liquidaciones abonadas en tres cuotas. Solo en el sector de canteras se despidieron 20 personas. “Es la tercera vez que cierran el sector de cantera”, lamentó el delegado de AOMA.
Hace dos años, un conflicto similar fue mediado por la Secretaría de Trabajo de Río Negro, y permitió reubicar a parte de los despedidos en otras empresas del sector.
Esta vez, según denuncian desde el gremio, los extrabajadores quedaron sin respaldo ni posibilidad de reubicación.
La presión de la calidad y la irrupción de nuevos jugadores
Las proyecciones indican que la demanda de arena en Vaca Muerta seguirá creciendo —en torno a un 20% anual—, impulsada por la intensificación de la actividad. Eso obliga a las proveedoras a invertir en mejoras técnicas para mantenerse competitivas.
“Si bien las arenas de Entre Ríos son superiores, las condiciones de la formación geológica no alcanzan presiones tan altas como para que se rompan las arenas patagónicas en grandes proporciones”, defendía tiempo atrás Damián Strier, director de estrategia de NRG, en un evento del sector. Aun así, admitía que el punto débil seguía siendo el “crushing”.
La realidad del mercado parece haber inclinado la balanza. “NRG arrastra deudas y perdió credibilidad. Las otras compañías no aceptan a sus ex empleados. La gente quedó desempleada y sin respaldo”, remarcó Muñoz, reflejando la incertidumbre de cientos de trabajadores que hoy ven diluirse una fuente de empleo histórica para la región.
Un giro estructural en la cadena de valor del shale
Lo que sucede con NRG no es un hecho aislado, sino el reflejo de una transformación más amplia.
A medida que la explotación de Vaca Muerta gana en escala y eficiencia, también redefine su ecosistema de proveedores.
El abastecimiento de arena, insumo clave para el desarrollo del shale oil y gas, se convierte en una variable crítica para la competitividad del sector energético argentino.
Y en ese escenario, la calidad gana terreno sobre la cercanía, dejando atrás a actores que supieron ser protagonistas y que hoy, en medio de una reconversión pendiente, corren el riesgo de quedar en el olvido.