Por Redacción Argenports.com
El puerto de Montevideo enfrenta un escenario complejo. Entre enero y mayo de 2025, la terminal uruguaya registró una caída del 30% en la actividad de contenedores respecto del mismo período de 2024, con 345.036 TEUs movilizados frente a los 491.050 del año anterior.
Aunque en 2024 el retroceso había sido leve —apenas un 0,9% interanual—, en el primer tramo de 2025 la baja se profundizó, afectando sobre todo al tránsito de cargas regionales, segmento clave para el posicionamiento internacional del puerto.
El retiro de las navieras
Según informó El Observador, el desplome se explica en gran medida por la decisión de MSC, la mayor naviera del mundo, de trasladar la carga paraguaya y argentina a Buenos Aires y terminales brasileñas.
Para ello, la compañía comenzó a utilizar barcazas y conexiones directas, evitando los costos adicionales que generaba la Terminal Cuenca del Plata (TCP), operada por Katoen Natie.
A esta salida se sumó Hapag‑Lloyd, que desde fines de junio dejó de ofrecer frecuencias directas en Montevideo, redirigiendo su operativa hacia hubs de mayor competitividad en la región.
La pérdida de estas escalas significó un golpe directo al rol de Montevideo como centro de transbordo, dado que ambas líneas eran claves para canalizar cargas de países sin litoral marítimo, especialmente Paraguay y Bolivia.

Aduana y demoras operativas
Otro factor determinante fue la decisión de la Dirección Nacional de Aduanas de implementar el escaneo del 100% de la carga paraguaya.
La medida, destinada a reforzar controles de seguridad, generó demoras de hasta 20 días en el despacho de contenedores.
Ese cuello de botella impactó en la confianza de las navieras, que optaron por derivar tráficos hacia puertos argentinos y brasileños, donde las operaciones resultaron más ágiles y con menores costos.
Competencia en la región
Mientras Montevideo pierde protagonismo, Buenos Aires y puertos brasileños como Navegantes y Santos ganan terreno. Ambos países han avanzado en la reducción de costos logísticos y en la mejora de la eficiencia portuaria, lo que atrae a las grandes compañías navieras.
En Argentina, las terminales de la Hidrovía vienen captando crecientes volúmenes de carga paraguaya, favorecidas por una mayor integración multimodal.
En Brasil, el dinamismo de los puertos del sur, con inversiones en infraestructura y calado, ofrece condiciones competitivas que compiten directamente con Montevideo.

Inversión e incertidumbre
Paradójicamente, según el citado medio uruguayo, la caída ocurre en un momento en que ese país concretó fuertes inversiones para ampliar y modernizar el puerto, incluido el dragado para alcanzar 14 metros de profundidad.
Sin embargo, los especialistas advierten que la falta de volúmenes suficientes podría llevar a una subutilización de esa infraestructura.
“Montevideo está ante el desafío de reposicionarse. No alcanza con la profundidad y la infraestructura si las navieras no encuentran un esquema tarifario y operativo competitivo”, señalaron fuentes del sector.
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Tensiones políticas y regulatorias
A los factores operativos se suma un contexto de ruido político e institucional. Las disputas tarifarias entre la ANP, la Terminal Cuenca del Plata y las navieras, sumadas a las controversias en la conducción de la autoridad portuaria —como la renuncia de la vicepresidenta de la ANP, Alejandra Koch—, han debilitado la confianza de los operadores internacionales.
El sector privado advierte que, de no corregirse estas señales, Montevideo podría perder de manera definitiva su rol estratégico como hub regional, con consecuencias directas en el empleo, los ingresos portuarios y la conectividad del país.