Por Redacción Argenports.com
“El transporte fluvial es el más barato de todos y tiene externalidades muy importantes, pero en Argentina lo estamos desaprovechando”, afirmó Luis Zubizarreta, titular de la Cámara de Puertos Privados Comerciales.
El dirigente destacó que mover carga por agua no solo implica menores costos, sino también beneficios ambientales y operativos.
En tal sentido, dijo que un convoy de barcazas puede transportar el equivalente a mil camiones, reduciendo la congestión en rutas y las emisiones contaminantes.
Sin embargo, a su entender, la competitividad del sistema enfrenta un obstáculo clave: los altos costos operativos de la bandera argentina.

Zubizarreta precisó que un buque nacional demanda alrededor de 14.500 dólares diarios solo en tripulación, mientras que uno extranjero requiere cerca de 3.800 dólares.
Esta diferencia, aseguró, limita el desarrollo de la marina mercante y desalienta el uso masivo del sistema fluvial para el transporte de cargas.
El freno que implicó el rechazo al DNU 340
En este contexto, el directivo lamentó el rechazo legislativo al DNU 340, que contemplaba medidas para abaratar el transporte por agua y promover la marina mercante nacional.
“Ese decreto iba a permitir que miles de productores transportaran su carga a la mitad de costo. Se perdió una oportunidad clave para bajar gastos logísticos y ganar competitividad”, afirmó.

Zubizarreta, en declaraciones al medio Perfil, insistió en que, si Argentina quiere reducir costos y mejorar su inserción internacional, debe avanzar hacia un esquema de transporte fluvial y marítimo más desarrollado, siguiendo el ejemplo de países que han convertido sus ríos en verdaderas autopistas acuáticas.
Recordó que sistemas como el Mississippi, en Estados Unidos, o el Rin, en Europa, mueven millones de toneladas al año, mientras que aquí el potencial sigue sin aprovecharse plenamente.
Para el presidente de la Cámara de Puertos Privados Comerciales, la ecuación es clara: el país cuenta con una red natural de navegación que podría multiplicar las exportaciones y abaratar costos logísticos, pero necesita decisiones políticas y regulatorias que le permitan desplegar todo su potencial.
“Si no seguimos ese camino, estamos limitando el desarrollo de nuestra producción agroindustrial y de otros sectores exportadores”, concluyó.