Por Redacción Argenports.com
La discusión sobre la reubicación de la zona de alijo en el Paraná Guazú vuelve a encender la alarma en el sector fluvial. Según advirtió Osvaldo Aguilar, fundador y CEO de Aguirio Marítima y Fluvial SA, la medida podría incrementar hasta en un 70% los costos logísticos de Paraguay y extender en más de una semana los tiempos de reposición de mercadería.
“Estos son impactos reales que deben considerarse”, sostuvo Aguilar, remarcando que cualquier decisión apresurada puede alterar la competitividad de la hidrovía y afectar a las economías de la región.
También te puede interesar: Acuerdo entre Argentina y Paraguay frena la suspensión del transbordo de combustibles en el Paraná Guazú

Limitaciones en la capacidad portuaria
En su análisis, Aguilar cuestionó la visión de algunos analistas argentinos sobre la supuesta capacidad de las terminales locales para absorber la operación que hoy se realiza en el kilómetro 171 del río Paraná Guazú.
“En Aguirio estamos en contacto permanente con los gerentes comerciales de las terminales locales y nos han confirmado la falta de disponibilidad de tanques”, explicó. Si bien existen proyectos de expansión a mediano plazo, “ninguna terminal puede garantizar que absorberá el volumen que actualmente se maneja en dicha zona”.
También te puede interesar: Derogan una disposición que regulaba habilitaciones para transbordos buque a buque
Un flujo de hidrocarburos en cifras
El empresario recordó que en 2024 la zona de alijo operó 3.662.474 toneladas de hidrocarburos, cumpliendo con todos los requisitos reglamentarios y de seguridad exigidos por las autoridades de control.
Este volumen, señaló, muestra que la operativa es no solo significativa en términos logísticos, sino también estratégica para el comercio fluvial regional.

Factores hidrológicos y de seguridad
Otro punto clave planteado por Aguilar fue la realidad hidrológica de la vía navegable. Tras la histórica bajante, destacó que los canales del Paraná de las Palmas y el Paraná Guazú no presentan inconvenientes para la navegación, lo que respalda la continuidad del actual punto de operaciones.
Por ello, subrayó que la actividad logística no debería eliminar la zona de alijo, sino adaptarse con soluciones sostenibles y eficientes, e incluso avanzar con mejoras tecnológicas y operativas que fortalezcan su funcionamiento.
Hacia una agenda bilateral sostenible
Finalmente, Aguilar consideró que el desafío debe encararse con una mirada de cooperación entre ambos países.
“Nuestro compromiso como actores de la industria marítima y fluvial es aportar una visión técnica y operativa que facilite el diálogo y promueva acuerdos bilaterales responsables y duraderos”, expresó.
En ese sentido, opinó que la situación puede convertirse en una oportunidad para revalorizar al transporte fluvial como eje estratégico y sostenible para la integración regional, siempre que las decisiones se apoyen en la planificación inteligente y el consenso.