Por Redacción Argenports.com
El puerto de Bahía Blanca vive un momento de fuerte expansión y se posiciona como uno de los enclaves más competitivos del comercio exterior argentino. Así lo afirma Pamela Lorenzo, despachante de aduana y licenciada en comercio internacional, quien subraya las ventajas logísticas que ofrece la región frente al Área Metropolitana de Buenos Aires.
“Bahía Blanca cuenta con uno de los principales puertos de aguas profundas del país”, destaca Lorenzo. Desde sus muelles parten oleoductos, gasoductos y poliductos que enlazan con la cuenca de Vaca Muerta, un factor que reduce costos logísticos y tiempos de tránsito, clave para exportadores e importadores.
En 2024 el complejo portuario registró un incremento en las exportaciones de cereales con 10,5 millones de toneladas, principalmente maíz, trigo y soja, hacia destinos como China, Taiwán y Brasil. A ello se suman las operaciones vinculadas al sector petrolero y petroquímico, que impulsan el movimiento de cargas.

La especialista Pamela Lorenzo explica los beneficios logísticos, el crecimiento de las operaciones y las oportunidades para exportadores e importadores.
Ventajas logísticas frente a Buenos Aires
Además de su calado natural, Bahía Blanca ofrece una aduana más ágil y trámites menos congestionados que los de la capital. “La escala de operaciones es más manejable y las relaciones entre operadores son más cercanas, lo que agiliza cada paso de la cadena logística”, explica Lorenzo, en diálogo con Infobae.
La región cuenta con depósitos fiscales en el puerto y con la Zona Franca Bahía Blanca–Coronel Rosales, una de las dos únicas de la provincia de Buenos Aires. Este conjunto de infraestructura permite potenciar el comercio internacional y atraer nuevas inversiones.
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Polo petroquímico y proyección ferroviaria
El polo petroquímico bahiense reúne empresas de gran escala que requieren abastecimiento constante y exportan insumos industriales de alto valor. A esto se suma el proyecto del Corredor Norte Patagónico, que busca ampliar las conexiones ferroviarias hacia la Patagonia, fortaleciendo la logística multimodal.
En los últimos años, Bahía Blanca experimentó un crecimiento exponencial en importaciones y exportaciones, con empresas que se reconvierten, incorporan tecnología y demandan mayor asesoramiento profesional. “Pasamos de un 2023 con fuertes restricciones cambiarias a un esquema más previsible, lo que incentiva nuevos proyectos”, señala Lorenzo.

El rol del despachante y la planificación
Para la especialista, el éxito de una operación depende de la planificación logística y de contar con aliados estratégicos: “Un despachante que entienda de transporte puede garantizar el resultado. El comercio exterior no admite descuidos; cada error se traduce en pérdidas económicas”.
Con su puerto de aguas profundas, infraestructura diversificada y cercanía con Vaca Muerta, Bahía Blanca se consolida como un punto clave para el comercio internacional, ofreciendo eficiencia, menores costos y nuevas oportunidades para exportadores e importadores de todo el país.