"Los países tienen derecho a construir la infraestructura que les parezca bien", dijo sobre el Canal Magdalena.
Corría el año 2016 cuando el buque “Maersk Saturn” rompió con más de dos años de prohibición del gobierno argentino de que la fruta originaria de ese país pasara por Uruguay. En él se embarcaron unos 130 contenedores refrigerados de fruta argentina.
De esa forma, se levantó un decreto presidencial de la entonces primer mandataria de Argentina, Cristina Fernández, que tenía como objetivo evitar que mercadería de su país se cargara en puertos uruguayos rumbo a otros continentes.
En 2022, la carga paraguaya fue una de las causas del récord del movimiento de contenedores junto con el incremento del comercio exterior, según informó a El País la Administración Nacional de Puertos (ANP).
El 6 de febrero de este año, la ANP firmó con su homólogo boliviano (ASP-B) un acuerdo marco para que armadores con carga de ese país tengan beneficios para atracar en el puerto de Fray Bentos. Lo mismo ocurrirá con la carga paraguaya.
En una entrevista concedida a El País, la presidenta del Centro de Navegación, Mónica Ageitos, afirmó que “hay que entender la “transito-dependencia” de los puertos uruguayos.
Con ese concepto, Ageitos aludió al hecho de que el 60% de la mercadería que pasa por los puertos uruguayos proviene de la región y sale a terceros países. Es decir, solo el 40% de la carga es nacional.
“Eso nos da conectividad. Y permite que buques lleguen hoy a Montevideo. La conectividad y cómo debemos cuidar a ese tránsito (de mercadería extranjera) para que siga viniendo (barcos de gran eslora) son tareas importantes. A veces eso no se entiende cabalmente (en Uruguay). Nosotros mismos (el Centro de Navegación) tenemos un debe de hacer entender el negocio” portuario, expresó Ageitos.
La presidenta del Centro de Navegación señaló que dicha agremiación, que nuclea a todos los operadores portuarios, tiene un lema: “Un país de cara al mar”. Y eso significa, insistió, que se mire hacia el mar y se comprendan los matices del comercio portuario.
--¿Usted cree que en Uruguay no se entiende el negocio portuario?
--Cuando uno lee determinadas cosas se ve que no. Cuando lee y ve que hay gente que considera que competitividad es costo, no lo entiende. Que si soy barato soy competitivo. La competitividad portuaria es otra cosa.
“No es solo costo. Hay un montón de factores. Si tengo un puerto barato pero ineficaz no voy a ser competitivo. Si tengo un puerto muy barato y no tengo tecnología no voy a ser competitivo. Si no tengo buenos trabajadores portuarios no voy a ser competitivo. Entonces creo que tenemos que ampliar la mirada”.
El Centro de Navegación se inició como una agremiación de las agencias marítimas representantes de las navieras. Acompañando la reforma portuaria de 1994, se realizó una modificación de los estatutos del Centro. Ello permitió el ingreso a la agremiación de otras actividades portuarias.
Hoy empresas dueñas de depósitos portuarios y extraportuarios y las terminales de contenedores forman parte de dicha cámara. Por ello el Centro de Navegación es una agremiación inusual. En otros países, los distintos sectores de actividad portuaria están separados.
“Y aquí (en el Centro de Navegación) están todos juntos en una gran comunidad portuaria. Por eso digo que cuando habla el Centro habla la comunidad portuaria”, sostuvo Ageitos, quien preside dicha agremiación desde 2020.
Antes de esa fecha, ocupaba el cargo de gerente ejecutiva del centro. Comenzó en la gerencia en 2011.
--Desde 2011 a la fecha, ¿qué cambió en el puerto?
--Hubo una mayor profesionalización y tecnología. En el mundo muchas navieras se fusionaron y quedaron cinco grandes empresas. Ello generó un crecimiento de las flotas, economías de escalas mejores porque al haber embarcaciones de mayores dimensiones los fletes tendieron a bajar (de precio). Y eso nos obliga a nosotros como puerto a tener una mayor infraestructura.
Pero también se avecinan cambios en la región. El 20 de abril de este año, el gobierno argentino anunció el llamado a licitación para construir el Canal Magdalena que evitará que mercadería argentina sea exportada por puertos uruguayos.
Ageitos consideró que ese es tema del país vecino. “Creo que los países tienen derecho a construir la infraestructura que les parezca bien. (...) Nosotros tenemos que ser competitivos para ser elegidos por las navieras que son las que nos ponen en el mapa del mundo”, opinó.
--¿Cree que el puerto de Montevideo debe competir o complementarse con el de Buenos Aires?
--Creo que somos complementarios con Buenos Aires. Cada uno debe trabajar para hacer la gestión que puede desarrollar. Hoy tenemos (Montevideo) una posibilidad de desarrollo operativa. En el futuro tendremos otras. Competimos con Buenos Aires muchas veces. Y otras veces nos complementamos.
Según Ageitos, hay un tema donde el Centro de Navegación y sus socios ponen el foco: las necesidades futuras de los nuevos buques que tendrán distintas propulsiones (electricidad, hidrógeno, biodiesel o híbridos) al arribar al puerto.
Y agregó que la gran pregunta es qué necesitarán los puertos uruguayos para que esas embarcaciones los elijan en un futuro que se avecina.
“Creo que lo peor que nos puede pasar es esperar que la realidad llegue acá. Hay que adaptarse antes. Hay que pensar en normativas, en operativas y en qué van a precisar esos buques para que nosotros podamos atenderlos.
“Por eso nos interesa mucho el análisis de un plan maestro (para los puertos uruguayos) de aquí a varios años para que podamos llegar en forma a ese momento”, expresó la presidenta del Centro de Navegación.
--¿Cómo sería ese puerto del futuro?
-Los puertos hoy piensan que cuando arriba el buque al muro éste pueda conectarse a la energía renovable y que no tenga que usar energía generada de combustible fósil. Eso no se está haciendo en Uruguay.
“En el mundo hay algunos países que sí lo están haciendo. Nosotros estamos dando un curso (en el Instituto de Capacitación del Centro de Navegación) sobre gestión moderna de puerto. Acá vienen autoridades del puerto de Valencia a dar charlas. Lo buques (en Valencia) ya saben que deben apagar los motores y conectarse a energías renovables. (...) En un futuro, me imagino grandes paneles solares y eólicos en los puertos uruguayos.
Fuente: El País.