El “barco de tierra” como también se lo conoció al USS Recruit, estuvo “fondeado” en Union Square entre 1917 y 1920.
Redacción Argenports.com
Hace muchos años, probablemente más de un siglo, que la ciudad de Nueva York viene asombrando al mundo de diferentes maneras, ya sea con la majestuosidad de sus rascacielos y sus impresionantes visuales, pero también con su historia.
Siempre, de una forma u otra, la ciudad se las ingenió para ser distinta, para atraer todas las miradas y para despertar admiración.
Y así como hoy luce atracado en el río Hudson un enorme portaviones, el USS Intrepid, en 1917 Nueva York llamó la atención por contar con un acorazado en pleno centro de Manhattan.
Esta particular historia es iniciada por John Purroy Mitchel, por entonces alcalde de la ciudad y ferviente partidario del apoyo a los Aliados en la Primera Gran Guerra, quien estaba preocupado porque sus vecinos parecían no compartir su fervor patriótico.
A Mitchel lo desvelaba que sobre 2.000 neoyorquinos que la Armada esperaba que se unieran a sus filas, apenas lo habían hecho unos 900.
Poco y nada habían servido las acciones encaradas por la Marina, que había apelado a desfiles, reuniones informativas, marchas de bandas musicales acompañadas de hermosas señoritas, étc.
Sin embargo, el alcalde ideó un plan para solucionar esta situación, construir una réplica de un barco de guerra en pleno centro de Manhattan.
El plan apuntaba a que los candidatos pudiesen, antes de alistarse, hacerse una idea de cómo sería su vida a bordo de un barco de guerra.
Con ese objetivo en mente, el gobierno local decidió construir y colocar una réplica de un barco de guerra en un punto céntrico y bien comunicado de la ciudad, donde todos los jóvenes que pasaran cada día por allí pudieran verlo.
"Las cifras de reclutamiento en 1916 habían sido una gran vergüenza para el alcalde de la ciudad de Nueva York en ese momento, John Mitchel ", dijo Scot Christenson, director de comunicaciones del Instituto Naval de los Estados Unidos en Annapolis, Maryland, según señaló el diario The New York Times.
"Así que se dio cuenta de que si no podía llevar gente del centro de Nueva York a un barco, podía llevar un barco al centro de Nueva York ", agregó.
El objetivo era construir una réplica a escala casi real que fuera atractiva a la vista de los que pasaran delante. La idea gustó a la Armada, que también se sumó al proyecto. La céntrica Union Square fue el lugar que se escogió para “fondear” el buque.
El USS Recruit, nombre con el que se bautizaría al barco, se construiría en madera a imagen y semejanza del USS Nevada, aunque mediría menos, sólo 60 metros de largo y 12 de ancho.
Pese a todo, el barco era tan alto como un edificio de tres plantas y disponía de un par de mástiles de observación de 15 metros de altura y una chimenea ornamental de 6 metros por la que no salía humo.
El "barco de tierra", como se llamaba, tenía una banda de 36 piezas y 40 miembros de la tripulación que limpiaron la cubierta, realizaron simulacros y saludaron a los neoyorquinos, quizás con más calidez a aquellos con el potencial de convertirse en hombres de la Marina.
También se utilizó para recorridos de Liberty Bond, representaciones de vodevil, bailes y combates de box, y como escenario de la película de 1917 "Over There".
Contaba con un reflector auténtico, luces para señales marítimas, anclas, escaleras y toda la parafernalia de los barcos de la época.
Como armamento, tenía tres torretas con cañones de madera y un cañón real para salvas. En su interior había amplias salas de espera, así como otras dedicadas para exámenes médicos.
También disponía de camarotes para la tripulación, duchas, una sala de radio, una armería y una enfermería.
Los periódicos de la época destacaban que estaba equipado con unos sistemas de calefacción y ventilación muy ponentes, “capaces de cambiar la temperatura 10 veces cada 60 minutos”.
El barco no sólo serviría como oficina de reclutamiento, sino que era totalmente válido para realizar ejercicios de entrenamiento.
De hecho, la vida a bordo seguía la misma rutina que en cualquier otro barco de la Armada. Los marineros, unos 40, se levantaban a las seis de la mañana. Antes de la reglamentaria instrucción, fregaban la cubierta y lavaban su ropa.
Después, un grupo formado por los marineros más experimentados dedicaba el resto del día a hacer guardias en cubierta y responder a las preguntas de los que visitaban el barco. Mientras, los demás se hacían cargo de tareas administrativas relacionadas con el reclutamiento.
Según The New York Times, “como truco publicitario, el Recluta fue tremendamente exitoso”, dijo Christenson, trayendo 25,000 reclutas a la Marina.
“Finalmente, los funcionarios de la ciudad enviaron el barco a navegar, en sentido figurado, por supuesto”, agregó el diario.
Para 1920, Estados Unidos tenía la Armada más grande del mundo en términos de marineros, y había menos necesidad de ellos con el final de la Primera Guerra Mundial.
El plan era trasladar al USS Recruit a Coney Island. Pero el costo de mover el barco terminó siendo mayor que el valor, por lo que fue desmantelado y los materiales probablemente se reutilizaron.