Por Redacción Argenports.com
El buque Ocean Royal seguirá inmovilizado en Puerto Quequén al menos por diez días, tras una orden del Juzgado Federal de Necochea que dispuso su interdicción por una deuda millonaria vinculada a servicios de remolque marítimo.
La medida, ejecutada por la Prefectura Naval Argentina, impide que la nave zarpe rumbo a Nueva Zelanda, donde debía entregar una carga de pellet de soja.
Tal como informó Argenports, el conflicto judicial se originó en un reclamo de la empresa Aerospace Cargo S.A., que exige el pago de más de un millón de dólares a una agencia marítima local.
El caso mantiene en vilo a operadores y exportadores, que advierten sobre los perjuicios que esta situación puede generar en la operatoria del puerto.
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El granelero retenido por la Justicia. Foto Vessel Finder.
Reclamo por servicios adeudados
Según la denuncia, la deuda está vinculada a maniobras de remolque realizadas en unas 25 embarcaciones que cargaron fertilizantes en distintos puertos del país.
El medio Ecos Diarios señaló que la agencia marítima responsable nunca habría abonado los honorarios de esos servicios, lo que llevó a la compañía a iniciar acciones legales tras meses de gestiones extrajudiciales sin éxito.
El juez Bernardo Bibel, titular del Juzgado Federal Nº 1 de Necochea, ordenó el embargo precautorio para garantizar el cumplimiento de la obligación reclamada.
La Prefectura Naval Argentina ejecutó la medida directamente en el muelle de Quequén, dejando al buque bajo custodia y sin autorización para zarpar.
Posibles diez días de demora
Bibel explicó que el Ocean Royal permanecerá detenido hasta que se efectivice el pago de la deuda o se deposite una caución suficiente que cubra el monto reclamado.
Estimó que este proceso podría demorar alrededor de diez días, aunque no descartó un plazo mayor en caso de dilaciones.
Si la permanencia del navío en muelle interfiere con la operatoria del puerto, se evalúa trasladarlo a rada, siempre bajo custodia de Prefectura, pero igualmente inmovilizado.
Preocupación en el puerto
“La empresa desconocía totalmente la existencia del reclamo. Es una medida que afecta a un tercero sin vínculo operativo ni económico con Bunge”, indicaron fuentes cercanas a la operación.
La decisión judicial encendió las alarmas entre exportadores y operadores de Quequén, quienes advierten que este tipo de medidas puede alterar cronogramas de carga y descarga y complicar la rotación de buques en un puerto clave para las exportaciones agroindustriales.
Consecuencias abiertas
El embargo sobre el Ocean Royal deja abierta la posibilidad de que aparezcan nuevos reclamos entre agencias, armadores y cargadores. Desde el sector marítimo no descartan que el caso siente un precedente que pueda replicarse en otras terminales si no se resuelve con rapidez.
Por ahora, el buque permanece amarrado en Puerto Quequén, inmovilizado y a la espera de una solución judicial que destrabe el conflicto.