La idea de Guzmán es aunar intereses de distintas empresas para alcanzar una inversión total por US$ 10.000 millones para que a partir de 2026, 2027 y 2028, la Argentina ya esté exportando GNL en volúmenes significativos, que podrían llegar a superar los US$ 15.000 millones de exportaciones.
Por Adrián Luciani
Parece un cuento de nunca acabar, pero las condiciones del mercado internacional vuelven a poner en escena a Bahía Blanca como epicentro de futuras exportaciones de gas natural licuado (GNL).
Mientras el regasificador Exemplar se apresta para volver a procesar el gas importado, y tras la fallida experiencia de la barcaza de licuefacción alquilada por YPF durante el gobierno de Mauricio Macri -- la cual en parte fracasó por su escasa capacidad y por el derrumbe global de los precios--, ahora reaparece la posibilidad de exportar mediante la construcción de, al menos, una planta terrestre.
El GNL es un gas natural que se convierte en estado líquido cuando se enfría a unos 162°C bajo cero, proceso que le permite reducir unas 600 veces su volumen
A pesar de la mala situación económica, la falta de políticas oficiales a largo plazo, la desconfianza que inspira Argentina en los mercados internacionales y la falta de crédito en el exterior, el nuevo escenario surgido tras la guerra en Ucrania y el alza de los precios hace que el tema del que se viene hablando hace años, recobre vigencia.
En ese contexto, el Gobierno nacional impulsa la industria del Gas Natural Licuado (GNL) como proyecto de exportación, a través de una estrategia de articulación con empresas nacionales, extranjeras y países miembros del G20 que permita asegurar una demanda que justifique embarcarse en el desarrollo de la infraestructura vinculada al potencial gasífero de Vaca Muerta.
Según la agencia de noticias Télam, fuentes oficiales aseguraron que las conversaciones fueron llevadas adelante por el ministro de Economía, Martín Guzmán, durante las últimas semanas, en el marco del encuentro de la Agencia Internacional de Energía (IEA), en París, y reuniones con ministros de distintos países del G20 celebrados en Washington, en medio de la Asamblea de la Primavera (boreal) del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Existe un amplio consenso en la industria energética respecto a que el GNL tendrá un rol importante en las próximas décadas para el desarrollo de las matrices con menos emisiones de carbono hacia el objetivo de emisiones netas cero a 2050, como un recurso fiable y flexible de transición y de complementación hacia las energías renovables.
Esas mismas fuentes oficiales señalaron que la idea del Gobierno tiene como base el proyecto que la petrolera estatal YPF viene desarrollando para construir una planta de licuefacción de gas en la zona portuaria de Bahía Blanca, con una capacidad inicial de 15 a 20 millones de m3 (MMm3) y una inversión estimada superior a los US$ 5.000 millones.
La locación, como se ha venido señalando desde La Nueva. pretende aprovechar la infraestructura disponible en el complejo petroquímico que se potenciaría con la construcción del primer tramo del gasoducto troncal Néstor Kirchner, ahora en pleno proceso de licitación con una inversión prevista de US$ 1500 millones, lo que permitiría asegurar el gas necesario para lanzar el proyecto gasificador.
Esta alternativa de convertir a la Argentina en productor y exportador de GNL requiere una inversión inicial de US$ 10.000 millones, ya que no sólo contempla el costo de construcción de la planta sino también del incremento de la producción de gas natural en distintas áreas de Vaca Muerta.
Según Télam, la idea fue convalidada por directivos de Pan American Energy (PAE), considerado como el primer operador privado de hidrocarburos del país, que admiten el interés en el proyecto a través de la conformación de un consorcio de empresas con el liderazgo de YPF.
Pero además del plan de YPF, hay otro proyecto en desarrollo que vincula a las empresas Transportadora Gas del Sur (TGS) y Excelerate -operadora de los barcos regasificadores de las terminales de Escobar y de Bahía Blanca- cuya decisión de inversión podría definirse para fin de año por un monto inicial de US$ 800 millones y una capacidad modular de 4 millones de MMm3.
Es decir, mucho más ajustada a las posibilidades concretas del país.
Tal como señaló el sitio especializado https://argenports.com/, días atrás el CEO de TGS, Oscar Sardi, confirmó la novedad durante una visita realizada al puerto local.
Incluso el directivo solicitó información sobre los sitios disponibles para llevar adelante el emprendimiento onshore destinado a procesar, para exportación, el gas de Vaca Muerta.
Si bien la idea es levantar la planta en terrenos ganados al mar, en proximidades de puerto Galván y detrás de la ex refinería de la Esso (hoy planta comercial de Axion Energy), TGS preguntó si el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca había destacado otro sector para tal fin.
Pero más allá de esta alternativa escalable, la idea de Guzmán es aunar intereses de distintas empresas para alcanzar una inversión total por US$ 10.000 millones para que a partir de 2026, 2027 y 2028, la Argentina ya esté exportando GNL en volúmenes significativos, que podrían llegar a superar los US$ 15.000 millones de exportaciones.
Todo este proceso debería tener como respaldo un contexto normativo específico que en un formato de ley tenga el apoyo de las distintas fuerzas políticas representadas en el Congreso, y que otorgue certidumbre y estabilidad de mediano y largo plazo a las inversiones que se buscan.
La premisa es generar una sinergia muy fuerte que involucra a empresas y países de distintas regiones del mundo en el financiamiento para la construcción de la megaobra y el aseguramiento de la oferta que garantice que va a haber una demanda para lo que en la Argentina se produzca.
Fuente: La Nueva