Por Redacción Argenports.com
El nivel del río Paraguay continúa descendiendo de manera sostenida y la situación comienza a encender luces rojas en distintos sectores de la logística fluvial.
En el norte de Paraguay, entre Vallemí y Concepción, las embarcaciones se ven obligadas a fraccionar convoyes para sortear pasos críticos, mientras que en algunos casos ya se registraron varaduras y daños en barcazas por la escasa profundidad.
En el tramo sur, si bien aún se mantiene un margen mínimo de navegabilidad —con profundidades que rondan los 11 pies en promedio—, la tendencia descendente amenaza con reproducir en pocas semanas un escenario similar al de años pasados, cuando sectores clave como Vuelta Queso, Bermejo y Pilar quedaron prácticamente inoperables.

Niveles en baja
El último informe hidrométrico confirmó el panorama: Vallemí descendió a 2,23 metros, Concepción marcó 1,57 y Asunción apenas 0,33, cifras que reflejan un retroceso progresivo en toda la cuenca.
Estos datos generan fuerte preocupación en la comunidad portuaria y empresarial, que reclama medidas urgentes de mitigación.
Dragado demorado
Desde la empresa Topografía y Caminos S.A. (T&C), encargada de las tareas de dragado en el tramo sur, informaron que la draga Damen CSD 500 se encuentra lista y posicionada en Paso Vuelta Queso, pero desde hace más de dos semanas permanece ociosa a la espera de autorización.
El visto bueno debe ser otorgado por las autoridades argentinas, ya que se trata de aguas compartidas, pero hasta el momento no se registran avances en la gestión.
Según consignó el medio Paraguay Fluvial y Logístico, la demora responde a la falta de celeridad del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y la Cancillería paraguaya en coordinar los permisos, lo que mantiene bloqueada una obra vital para garantizar la navegación.
Riesgo para la economía
Por el tramo sur del río ingresan prácticamente todas las importaciones: combustibles, contenedores, bienes de consumo e insumos industriales. La falta de dragado amenaza con generar un cuello de botella en pleno cierre de año, etapa clave para el comercio y el abastecimiento interno.
“Estamos llegando tarde. En lugar de anticiparnos, se espera que el río toque el límite crítico para recién actuar”, alertan los operadores del sector. Cada día de demora reduce los márgenes de seguridad y multiplica el riesgo de que se paralicen cadenas logísticas esenciales.
Tiempo de actuar
El antecedente de crisis pasadas debería servir de advertencia: sin coordinación inmediata entre MOPC y Cancillería, el país vecino se expone a repetir un escenario de graves consecuencias para su economía.
Cada pie de agua perdido significa millones de dólares en riesgo, y la bajante actual del río Paraguay no da tregua, según advierten en la nación guaraní.