Tras cinco días de grandes exigencias, está previsto que mañana miércoles el rompehielos regrese al Apostadero Naval Buenos Aires.
Redacción Argenports.com
La tripulación del rompehielos Almirante Irízar (RHAI), compuesta por 116 personas, desarrolló este lunes distintos entrenamientos y pruebas de máquinas para exigir el buque "al máximo" en el Mar Argentino, frente a la costa de Mar del Plata, como parte de los preparativos para la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2023/2024.
El buque zarpó desde el puerto de Buenos Aires el viernes pasado a las 23.30 y volverá el miércoles a las 3 de la mañana al mismo lugar.
"Son cinco días en donde exigimos al buque al 110%, tanto a máquinas, a los sistemas, como a la gente. Vamos más allá de los límites máximos. Son días muy intensos en donde, además de probar todo el buque, se adiestra al personal y hacemos un montón de ejercicios", contó hoy a Télam telefónicamente el comandante del Irízar, el capitán de navío Carlos Recio, desde el buque.
A bordo del Irízar en este momento hay 265 hombres y mujeres, entre ellos 116 personas que conforman la tripulación. También hay personas destinadas a ser dotación complementaria, encargada de colaborar en tareas logísticas; y 70 cadetes de la Escuela Naval que embarcaron para continuar con su proceso de aprendizaje.
Entre los entrenamientos, realizaron ejercicios de abandono, de lucha contra incendios y de embarcaciones menores. También, hicieron la práctica de bajar botes de salvamento, lanzamientos de bengalas nocturnos y prueba de luces que utilizan para poder navegar en el hielo durante la noche.
Además realizaron prueba de radares, de comunicaciones satelitales, de semáforos para operar con los helicópteros y de comunicaciones radioeléctricas.
Asimismo, durante el mediodía de hoy recibieron un helicóptero Sea King, en donde los pilotos que acompañarán en la campaña harán el adiestramiento en la cubierta de vuelo del buque con prácticas de aterrizaje y despegue y prácticas de aproximación para enganchar la carga que después en la Antártida son bajadas a las bases antárticas.
La prueba más exigente del buque, llamada "Crash Stop", requiere de una profundidad que "debe ser mayor a los 50 metros" -precisó Recio-, por lo que, para realizarla, llevaron el rompehielos a 100 millas de la costa de Buenos Aires y pusieron los cuatro motores que tiene el buque "al 110% de régimen -máxima potencia- para pasar de toda la potencia hacia delante a toda la potencia hacia atrás", el mecanismo utilizado para romper el hielo en la Antártida, completó el capitán del Irízar.
Durante el simulacro "el rompehielos alcanzó 17 nudos y medio -35km por hora aproximadamente-, una velocidad muy importante porque el desplazamiento del rompehielos es de 15 mil toneladas", detalló.
"De esta manera nos aseguramos que el buque está en las mejores condiciones para encarar la próxima campaña antártica y nos da la confianza para poder enfrentar en la Antártida cinco meses de operaciones de forma continua, donde estamos totalmente solos", destacó Recio.