Por Juan Carlos Donato / Consultor en Ecosistemas Portuarios

DredgeWire, es uno de los principales portales estadounidenses de noticias sobre dragado, puertos e infraestructura marina y en alta mar.

El 18 de mayo se publicó una nota de Mike Smith, sobre el dragado del Río Misisipi y para ello el cronista se subió a la draga Hurley, del Cuerpo de Ingenieros, a la altura de Baton Rouge, Capital del Estado de Luisiana y allí entrevistó al Capitán Mayo Broussard, de 78 años de edad y más de 50 haciendo este trabajo en dicho río, al que reconoce como “el alma de este país.”

La nota se produjo en el marco de un trabajo de investigación encargado por varios Estados rivereños del Misisipi que permita mayores datos del estrés del río, debido a que el agua potable y la infraestructura están cada vez más amenazadas.

La rápida desaparición de la tierra cerca de su desembocadura plantea riesgos para las comunidades adyacentes y el transporte marítimo, la batalla para evitar que el río cambie de curso es un desafío constante.

El Capitán dejó una frase categórica con respecto a la insistencia del hombre.

“El río está constantemente tratando de cambiarse a sí mismo y nosotros tratando de controlarlo, un día, la madre naturaleza va a prevalecer y ella tendrá la última palabra, sin importar lo que hagamos”.

Nueva Orleans y sus suburbios luchan con el agua salada que sube por el río y corroe los sistemas de agua potable, el aumento del nivel del mar, combinado con el dragado del río para la navegación y las roturas en sus márgenes inferiores.

La nota es muy extensa y rica en experiencias que invitan al redactor de la nota a reflexionar: ¿hasta cuándo seguir dragando? ¿Es correcto, continuar gastando cientos de millones de dólares?

Los investigadores del Cuerpo de Ingenieros del Ejército están chocando con nuevas realidades en el río, que tienen profundas consecuencias para todos.

Mientras tanto, los recortes de gastos y el rechazo de algunos políticos decisores, torno al cambio climático, podría complicar aún más el camino de una solución sustentable.

Paralelismos con el río Paraná

El dragado del Paraná ya evidencia problemas de contaminación, degradación de humedales, pérdida de biodiversidad, aumento de la erosión y taponamiento de cauces.

Lo dicen los estudios de varias Universidades Nacionales, incluso un estudio del Conicet, Dragado del Río Paraná, Irremediable Ecocidio.

La crisis hídrica (2020/22) desnudó problemáticas como la escasez de agua potable en la Ciudad de Victoria, Entre Ríos que preocupa a las comunidades rivereñas, tanto que el Gobernador entrerriano, Rogelio Frigerio declaró la emergencia hídrica y reclamó que el nuevo contrato de concesión de dragado en la Hidrovía, incluya las obras pendientes.

La Administración Nacional de Puertos y Navegación, diseña los pliegos para un nuevo llamado a licitación de la Hidrovía, luego del fallido proceso licitatorio dado de baja en febrero de este año y prometen corregir errores.

Lo que no cambia es el pedido de la Bolsa de Comercio de Rosario y las Cámaras satélites, pidiendo 42 pies de calado en el tramo Timbúes – -Océano y al menos 25 años de concesión, prorrogables por igual tiempo, algo que el cambio climático plantea como inviable.

Las mediciones y proyecciones del Instituto Nacional del Agua y los informes de sucesos (abordajes, accidentes, hundimientos, varaduras, etc.) de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte son incontrastables a la hora de analizar otro creciente problema planteado por los sucesivos cambios de comportamiento del río: la seguridad de la navegación que no deja de producir acaecimientos como lo ocurrido en el puerto de San Pedro, donde el pasado viernes, el buque Yasa Tokyo quedó varado al intentar salir por el canal de acceso, recientemente dragado, el 15 de mayo, la empresa Jan de Nul, había concluido los trabajos de dragado en dicho puerto.

Los estudios preliminares indican, que el último temporal realizó en 5 días, un aporte de sedimentos que suele darse en 3 años.

Entonces el paralelismo con el Misisipi, entonces me pregunto, ¿hasta cuándo seguir profundizando y ampliando solera? ¿Es correcto seguir gastando cientos de millones de dólares en ello?. ¿O hay que analizar un proyecto logístico que integre modos (ferroviario, naviero y carretero) para completamiento?, ¿con interfaces tierra agua, a través de estaciones de transferencia?