Por Redacción Argenports.com
El Aviso ARA Alférez Sobral, uno de los barcos más recordados por su heroica participación en la Guerra de Malvinas, será finalmente hundido en el mar.
No por decisión de sus antiguos tripulantes ni por la voluntad de convertirlo en un museo flotante, sino por una razón tan concreta como dolorosa: no hay presupuesto para conservarlo.
El hundimiento, que será parte de lo que la Armada denomina una “etapa de flota”, servirá como gesto de respeto a una nave que sobrevivió a un brutal ataque con misiles británicos y cuyo destino estuvo marcado por el abandono institucional y la desidia presupuestaria.
El ataque que marcó su historia
El 2 de mayo de 1982, el Alférez Sobral fue atacado mientras intentaba rescatar a dos pilotos argentinos eyectados.

Misiles disparados desde helicópteros británicos impactaron en el navío, destruyendo el puente de mando y provocando la muerte del comandante Sergio Gómez Roca y otros siete tripulantes.
A pesar de los daños, el buque logró regresar a la costa tras varios días de navegación bajo condiciones extremas.

Tras el ataque, el buque con el puente destruido.
Intentos frustrados por salvarlo
Desde hace años, según recordó el periodista Adrián Pignatelli, de Infobae, el Aviso Sobral permanecía amarrado en el puerto de Mar del Plata.
Numerosas propuestas buscaron transformarlo en un museo naval o trasladarlo a otras provincias, pero ninguna logró superar el obstáculo económico.
Se había estimado una inversión de 250.000 dólares solo para remolcarlo y ponerlo en condiciones mínimas de traslado.

Una de las últimas fotos del Sobral en actividad.
En 2023, su inclusión en una subasta pública junto a otros buques de la Flota de Mar generó rechazo entre veteranos, historiadores y ciudadanos.
Fue retirado de esa lista, dando un margen de tres meses para encontrar una solución de conservación que nunca llegó.
Un gesto simbólico y final
La Armada Argentina luego procese a la donación de elementos del buque como su campana, armamento y mobiliario a instituciones militares y museos. Pero mantener la nave completa resulta inviable.
Así, se resolvió su hundimiento como homenaje a su historia y su tripulación, algo que para muchos en el ámbito naval tiene un profundo valor simbólico.
Construido en 1944 en Estados Unidos y bautizado en honor al alférez José María Sobral, pionero argentino en la Antártida, el buque había servido también en la Segunda Guerra Mundial bajo el nombre USS Salish.
Un legado que sobrevive en la memoria
Los restos del puente de mando del Alférez Sobral, exhibidos en el Museo Naval de la Nación, son hoy el único testimonio físico de esa epopeya naval.

Para los que vivieron aquellos días o conocen el sacrificio de su tripulación, el hundimiento no alcanza para compensar el olvido estatal de una pieza clave de nuestra historia reciente.
Mientras algunos consideran que el acto de hundirlo es un cierre digno, otros lamentan que el país pierda la oportunidad de tener un espacio para recordar a los héroes de Malvinas.
Lo que todos comparten es el respeto por el “viejo guerrero” que dio su última batalla, no contra misiles, sino contra el paso del tiempo y la indiferencia.