Los operadores de portacontenedores más grandes del mundo, AP Moller-Maersk A/S y Mediterranean Shipping Co., dijeron que suspenderán temporalmente los servicios a los puertos rusos, incluidos los que están lejos del conflicto en Ucrania .
Redacción Argenports.com
Las dos mayores navieras del mundo, MSC y Maersk anunciaron hoy que dejarán de aceptar y realizar envíos de carga hacia y desde Rusia, siguiendo las sanciones impuestas al comercio de ese país por la invasión a Ucrania.
En ambos casos mantendrán los de alimentos, equipos médicos y humanitarios en una medida que es de aplicación inmediata.
Según el diario español La Vanguardia, MSC y Maersk siguen a otras medidas similares tomadas por la japonesa Ocean Network Express (ONE) o la alemana Hapag Lloyd, que en la práctica dejan a Rusia sin acceso a las principales compañías.
La decisión se tomó "dado que la estabilidad y la seguridad de nuestras operaciones ya se ven afectadas directa e indirectamente por las sanciones", señaló Maersk.
"Dado que la estabilidad y la seguridad de nuestras operaciones ya se ven afectadas directa e indirectamente por las sanciones, las nuevas reservas se suspenderán temporalmente", agregó.
Se aplicará "cubriendo todas las zonas de acceso", desde el Báltico, el Mar Negro o el extremo este de Rusia, anució MSC.
"Van a ser muchos los sectores afectados. Los principales son el energético, el de la alimentación, el tecnológico y sobre todo la automoción. Esto significa que empresas como Danone, Basf, BP, Renault, Rolls Roice, Mitsubishi o Toyota lo sufrirán mucho. Se trata de empresas multinacionales que están presentes en muchos países a los que por tanto también afectarán los bloqueos: Europa, Estados Unidos, Japón y otros que los proveen de materiales", comentó Ricardo de Vera, profesor de logística en OBS Business School en declaraciones a La Vanguardia.
Las limitaciones en la carga "repercutirán en el volumen de comercio y ello afectará a la balanza comercial de muchos países, además de Rusia y Ucrania", apunta Vera. También en las cuentas de las propias compañías, que perderán una parte sustancial del negocio, que llega al 20% en el caso de Maersk, puntualizó.