Pese a no eliminar humo tóxico, los buques realizan graves emisiones invisibles a simple vista de metano no quemado.
Por Juan Carlos Díaz Lorenzo (*)
(*) Periodista
La consultora Transport & Environment (T&E), especializada en estudios del transporte marítimo, ha publicado un informe en el que concluye que los buques propulsados por gas natural licuado (GNL) no suponen, en realidad, “ninguna ventaja para la atmósfera e incluso pueden ser más contaminantes que los propulsados por fuel-oil”, pese al marketing que presenta al GNL “como un combustible limpio y no contaminante”.
No obstante, en los últimos años, el consumo de GNL se impone, cada vez más, en la propulsión de la industria naval, pues aunque sigue siendo un combustible fósil, al GNL se le atribuyen “supuestos beneficios” como una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, dióxido de carbono, óxido de nitrógeno y partículas finas.
Europa otorga jugosas subvenciones para la progresiva implantación de este tipo de combustible. En España, como es conocido, Balearia abandera e invierte importantes cantidades en la reconversión y nuevas construcciones de buques, así como campañas de marketing y publicidad en la buena imagen del gas natural, aunque desde hace meses, debido a la elevada carestía de este tipo combustible, utiliza fueloil y gasoil, a la espera de mejores tiempos.
Pese a las supuestas bondades del gas natural licuado frente al fueloil bajo en azufre, el estudio de T&E alerta de que “el gas natural licuado no solo no es la solución al cambio climático, sino que, además, contribuye a acelerarlo, pues la clave está en el metano”. Aunque los buques “eco” no producen humos tóxicos oscuros (smog), el informe de T&E señala que son responsables de “graves emisiones invisibles a simple vista de metano no quemado, que se filtra y acaba en la atmósfera y agrava el calentamiento del planeta”.
Para sustentar su análisis, se empleó una cámara infrarroja dotada de filtros especiales para detectar gases de hidrocarburos en el puerto de Rotterdam, en un día despejado de noviembre de 2021, teniendo especial interés en los escapes de aquellos buques que consumen GNL. Las imágenes captadas en las emisiones de los buques “CMA CGM Louvre” y “Eco-Delta” fueron analizadas por TCHD Consulting. Las imágenes demuestran que se estuvieron liberando a la atmósfera emisiones considerables de hidrocarburos no quemados a través de sus chimeneas de escape.
Gases no quemados de la draga “Ecodelta”
Según T&E, los políticos europeos “están jugando con fuego al promover el uso de GNL”, puesto que el metano tiene un efecto de calentamiento sobre el clima 80 veces superior al del dióxido de carbono (CO2) para un período de 20 años.
Delphine Gozillon, responsable del Departamento de Transporte Marítimo de T&E, asevera que “Europa oculta un oscuro secreto en el mar. Al promover los buques de GNL, los dirigentes europeos nos conducen irrevocablemente a un futuro con una alta dependencia de este combustible fósil. Por muy ‘verdes’ que los pinten, la mayor parte de los barcos propulsados por GNL disponibles hoy en día en el mercado son mucho más perjudiciales para el clima que las propulsadas por combustibles fósiles a las que se supone que deben sustituir”.
A lo largo de toda la cadena de suministro del gas natural se producen escapes y fugas, pero el caso de la utilización de GNL fósil como combustible marítimo es especialmente problemático, puesto que dichas pérdidas se producen en los motores de los buques.
Según datos proporcionados por la IMO, se estima que, en función del tipo de motor, entre el 0,2% y más del 3% del gas fósil se escapa en el proceso de combustión y se libera directamente a la atmósfera. Y dado que el GNL suele contener metano en un 90%, cualquier combustible no quemado que se filtre a través del motor estará compuesto principalmente por este gas, que contribuye al calentamiento global.
Emisiones detectadas en los escapes del buque “CMA CGM Louvre”.
Razón por la que, en la actualidad, casi el 80% del GNL se quema en motores con peores resultados en términos de emisiones totales de gases de efecto invernadero que los motores tradicionales que utilizan fueloil. Prueba de ello son las columnas de gas que se emiten al aire y que permanecen en el ambiente durante mucho tiempo.
En 2021, los principales armadores de buques firmaron más contratos que en los cuatro años anteriores juntos, atraídos por la promoción del gas natural como alternativa limpia a los combustibles fósiles tradicionales. Mientras tanto, el lobby del sector del gas fósil continúa presionando para convertir el GNL en la solución “ecológica” del transporte marítimo y, para ello, argumenta que el nivel de escapes de metano es bajo. Sin embargo, esta afirmación se basa únicamente en sus propios e interesados datos, señala T&E.
Fuente: Puesto de mando