La terminal portuaria bonaerense cumplió un nuevo aniversario con renovadas expectativas. Fotos CGPR y Archivo Histórico Municipal
Por Redacción Argenports.com
Con una muy buena concurrencia de público que disfrutó de espectáculos musicales y una variada oferta gastronómica, entre otras atracciones, Puerto Rosales celebró ayer su 116 aniversario.
Los festejos estuvieron encabezados por el intendente municipal de Coronel Rosales, Rodrigo Aristimuño, y por el presidente del Consorcio de Gestión del Puerto, Diego Piñero.
“Este Domingo disfrutamos del 116° Aniversario de nuestro querido Puerto Rosales. Cómo era de esperarse, el Puerto nos recibió a todos con buena onda, comida riquísima, muchos feriantes vendiendo cosas hermosas, la espléndida música de nuestros artistas locales, y para cerrar una noche maravillosa coronó Onda Sabanera”, resumió Aristimuño.
El intendente Aristimuño, acompañado por Piñero, hace uso de la palabra durante la celebraciòn.
Puerto Rosales vive hoy un presente cargado de optimismo, sobre todo por el incremento de la actividad petrolera a partir de la ampliación de las instalaciones de Oiltanking Ebitem y la construcción de un muelle offshore para exportación y cabotaje de crudo, además de la ampliación del sistema de oleoductos de Oldelval, que transporta petróleo desde Vaca Muerta.
Y a esto debe sumarse la radicación de la empresa Continental Armadores de Pesca S.A. (Conarpesa), con una gran inversión para emplear a puerto Rosales punto de asiento permanente durante el tiempo de zafra.
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El sector de juegos de Puerto Rosales fue epicentro de las actividades.
El puerto de Arroyo Pareja, actual Rosales, empezó a construirse en 1912.
Bajo la administración de Manuel Quintana, se designó una comisión de estudios a fin de realizar acciones pertinentes para establecer un puerto comercial.
Esta misión dictamino que el mejor lugar para el establecimiento para construir un puerto comercial era la desembocadura de Arroyo Pareja. De esta comisión forma parte el ingeniero Abel Julien Pagnard, quien tenía reservado un papel de relevancia en la historia del puerto comercial.
Los planos presentados respondían a un gigantesco emprendimiento. Cinco mil metros de muelles útiles para el atraque, modernísimo medios de carga y descarga de cereal, enorme diques de arena; en definitiva, el conjunto que sería el puerto comercial de aguas profunda más importante de América del Sur.
Pero ante la falta de recursos para concretarse el emprendimiento, el ingeniero solicito una concesión al congreso para su realización, mediante la ley Nº 5574, sancionada el 15 de septiembre de 1908, Pagnard tuvo su tan ansiada concesión (por ese motivo, ese día fue fijado como aniversario de Puerto Rosales.
Las obras consistirían en dársenas y muelles hasta un perímetro de 5000 metros y depósitos dotados de pescante para el depósito de mercancía y fruto del país: correas transportadoras y elevadores de granos, vías férreas además oras que sean necesaria para el servicio del puerto.
El 14 de junio de 1912 se iniciaron las obras en Arroyo Pareja, en el sector que ya por entonces se conocía como puerto Pagnard.
La dimensión de las labores llevadas a cabo en Arroyo Pareja hasta 1914 solo pueden justipreciarse teniendo en cuenta que, cuando estaban en pleno desarrollo, en los obras podían ocuparse entre 800 y 1000 obreros, según lo publicado en un medio periodístico de Punta Alta.
En el sector conocido como el varadero (frente a la actual cantina del balneario, del otro lado del camino de acceso al puerto) se construían los inmensos cajones que, yuxtapuestos, conformaron la base emergente del muelle.
Se realizaba allí una estructura de madera que hacía las veces de encofrado o molde, donde posteriormente se incorporaban las mallas de hierro y se volcaba el Hormigón.
El sistema servía para ganar terreno al mar, ubicándose como base, uno junto al otro y unidos entre sí por hormigón en las juntas. Sobre ellos se construía la parte emergente de los muelles. Este procedimiento tenía la ventaja de ahorrar tiempo en la construcción, pero las maniobras de remolque y colocación de los cajones eran delicadas y propiciaban accidentes ante el menor descuido.
Vista aérea del muelle de Puerto Rosales, fines de la década de 1930. Pueden apreciarse las instalaciones de embarque de cereales construidas por Bunge y Born.
La I Guerra Mundial frenó el ímpetu constructor. La compañía del Puerto Comercial no pudo ni siquiera concluir la primera sección prevista de un kilómetro de muelles. Hacia 1919, sólo había unos trescientos metros de atracadero, los que hoy constituyen la base de Puerto Rosales.
Arroyo Pareja sufrió un cambio notable cuando firmas exportadoras como Dreyfus y Bunge y Born lo constituyeron como sitio de embarque alternativo a los puertos de Bahía Blanca. Nuevos galpones, cintas transportadoras y hasta la obra hecha con piedras en el fondo del mar de quinientos metros (escollera) sirvieron para acondicionar los muelles para la nueva actividad que, si bien era estacional, les otorgaba un inusual movimiento.
Durante el primer gobierno peronista se llevó a cabo la polémica medida de nacionalización de los activos de las compañías foráneas. El puerto fue traspasado a la Armada Nacional que, luego de un incendio, desmanteló galpones, grúas y edificaciones considerados obsoletos, y lo desactivo en forma total.
En la década del 60 la Armada se desembarazó del puerto que pasó primero a la Nación y a partir de 1993 a la provincia de Buenos Aires.