Por Redacción Argenports.com
La construcción del Oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS) acaba de marcar un nuevo hito en la ingeniería energética de Sudamérica. En una sola jornada de trabajo se alcanzó la cifra de 175 soldaduras de cañerías, superando la marca previa de 170 y consolidando un récord histórico para este tipo de obras.
El proyecto está a cargo de la UTE conformada por Techint y SACDE, que avanza con la instalación del ducto de 437 kilómetros de extensión y 30 pulgadas de diámetro. La traza se divide en dos grandes segmentos: Allen–Chelforó (110 km) y Chelforó–Punta Colorada (327 km).

Tecnología y eficiencia al servicio del proyecto
El uso de soldadura automática permitió alcanzar esta productividad récord. Se trata de un proceso en el que cabezales motorizados con doble antorcha trabajan sobre una banda externa circunferencial, soldando de manera simultánea desde ambos lados de la tubería.
Cada unión es sometida a controles de ultrasonido, lo que asegura estándares internacionales de calidad y refuerza la seguridad de la obra. Esta tecnología, ya aplicada por Techint en otros gasoductos, logra mayor velocidad, previsibilidad y uniformidad en la construcción.
Con este ritmo de ejecución, el avance de la obra supera los 3 kilómetros de cañería por día, una cifra que posiciona al VMOS en la vanguardia de los proyectos de infraestructura energética en la región.
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Componentes principales del oleoducto
- Allen (Río Negro): cabecera de bombeo y dos tanques de 55.000 m³.
- Chelforó: dos estaciones de bombeo (una inicial y otra a 120 km), con capacidad proyectada de 550.000 barriles diarios, ampliable a 700.000.
- Punta Colorada (Sierra Grande, Río Negro): una terminal marítima con seis tanques de 120.000 m³ cada uno, los más grandes de la Argentina.

Una obra estratégica para Vaca Muerta
El VMOS, encuadrado en el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), es impulsado por un consorcio integrado por YPF, Vista, PAE, Pampa Energía, Chevron, Pluspetrol, Shell y Tecpetrol. La iniciativa se perfila como la mayor inversión privada en infraestructura energética de la última década.
El inicio de obras se dio a comienzos de 2025 y la entrada en operación está prevista para fines de 2026. Una vez finalizado, el oleoducto permitirá multiplicar la capacidad exportadora de crudo de Vaca Muerta y abrirá un nuevo capítulo en el desarrollo energético argentino.