Se conocieron más detalles del accidente de las barcazas en Entre Ríos

“Era como si no pudiera girar más y se fue contra la barranca”, relató el pescador que grabó el incidente. El choque del convoy cerealero reaviva la polémica por las dimensiones de las barcazas en la hidrovía y sus implicancias en la seguridad operativa.
Según el pescador Joaquín Luna, testigo de accidente, el lugar ya había sido escenario de un hecho similar. Foto El Once.
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Por Redacción Argenports.com

Nuevas imágenes y testimonios surgieron tras el incidente registrado en el río Paraná, en cercanías de Puerto Curtiembre, provincia de Entre Ríos.

El hecho involucró a un convoy compuesto por nueve barcazas cargadas con cereal que, al intentar doblar en una curva cerrada conocida como “Las Tres Cruces”, terminó golpeando contra la barranca del margen del río.

El episodio fue captado por un pescador que se encontraba en el lugar y que, en diálogo con el medio local El Once aseguró: “Era como si no pudiera girar más y se fue contra la barranca”.

También comentó que la embarcación maniobró durante largo tiempo hasta lograr zafar. “Le tiraban con todo, pero no salía. Después la hicieron retroceder, la reengancharon y ahí la pudieron mover”, agregó.

Según el pescador Joaquín Luna, testigo de accidente, el lugar ya había sido escenario de un hecho similar.

“La vez pasada también fuimos a pescar y se terminó estrellando otro convoy en el mismo lugar por la bajante”, indicó, y agregó que, en otra oportunidad, “dos barcazas quedaron encalladas en la arena cerca de Brugo”.

Los tripulantes de las barcazas, no hablaban español, “eran chinos o coreanos” y lograron maniobrar durante casi dos horas para liberar una de las embarcaciones que había quedado incrustada en la barranca.

“Desataron la primera parte, la sacaron marcha atrás, la volvieron a enganchar y recién ahí pudieron salir al canal”, detalló.

Afortunadamente, no se registraron heridos ni daños ambientales visibles, y la barcaza fue reubicada tras casi dos horas de maniobras.

Aun así, el incidente vuelve a poner en discusión un tema recurrente pero no resuelto: el tamaño y configuración de los convoyes fluviales que circulan por la hidrovía.

Maniobrabilidad y dimensión: una combinación crítica

Este tipo de embarcaciones —de fondo plano y sin propulsión propia— pueden medir más de 60 metros de largo y transportar hasta 1.500 toneladas de carga. Pero al conformar convoyes de varias unidades, la extensión total puede superar fácilmente los 200 metros, generando grandes exigencias para la navegación en tramos sinuosos o con bajo nivel de agua.

El lugar del accidente, “Las Tres Cruces”, es una curva naturalmente cerrada del río Paraná, donde las condiciones de bajante y escaso margen de maniobra suelen ser un desafío.

En este contexto, crece la preocupación por la seguridad operativa en zonas donde la naturaleza del cauce no admite margen de error.

En relación con esto, el especialista Oscar Benito Cortessi, en recientes declaraciones recogidas por Argenports.com, advirtió sobre la necesidad de revisar los límites de eslora autorizados en la hidrovía.

Cortessi considera que, en determinadas secciones del río, los convoyes pierden capacidad de reacción y aumentan los riesgos de siniestros, sobre todo cuando no hay condiciones óptimas de profundidad o visibilidad.

Seguridad versus eficiencia: el dilema permanente

El incidente en Entre Ríos reabre el debate sobre hasta qué punto es sostenible priorizar el volumen y eficiencia del transporte fluvial en detrimento de la seguridad.

Las barcazas cerealeras representan una solución logística clave para las economías regionales y para la competitividad del agro argentino, pero su operatividad exige cada vez más precisión, experiencia y planificación.

El avance hacia convoyes de mayor porte debe ir acompañado por inversiones en infraestructura, mejoras en señalización, mantenimiento del calado y una revisión de los estándares técnicos aplicados a la navegación interior.

También resulta clave escuchar a quienes, como Cortessi, reclaman un enfoque más técnico y menos económico al momento de diseñar normativas o habilitar nuevos formatos operativos.

Mientras tanto, y a pesar de que no hubo mayores consecuencias, lo ocurrido en el Paraná deja una advertencia clara: en la hidrovía no siempre todo se resuelve con más carga. A veces, menos también puede significar más

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