Por Redacción Argenports.com
La empresa Southern Energy anunció que tomará la decisión final de inversión (FID) para la construcción de un nuevo gasoducto dedicado al GNL en el cuarto trimestre de 2025, con el objetivo de ponerlo en marcha entre 2028 y 2029.
Este ducto, de 500 kilómetros de extensión, conectará los yacimientos de Vaca Muerta con el Golfo San Matías, en la costa de Río Negro, donde se instalarán dos buques de licuefacción flotante (FLNG).
Se trata de una pieza central del proyecto Argentina LNG, impulsado por un consorcio integrado por PAE, Golar, YPF, Pampa Energía y Harbour Energy, y que busca convertir a la Argentina en un exportador global de gas natural licuado, aprovechando el potencial excedente de Vaca Muerta.
El proyecto toma forma: llegada del Hilli Episeyo y gasoducto en marcha
La primera fase ya está en marcha: el buque Hilli Episeyo, actualmente operando en Camerún, será trasladado a Argentina a partir de julio de 2026 y comenzará a operar en mitad de 2027, según detalló Marcos Porteau, gerente de proyectos de Southern Energy, durante un webinar organizado por MEGSA.

Este FLNG, montado sobre un metanero reconvertido, tiene una capacidad de licuefacción de 2,45 millones de toneladas por año (MTPA).
Su instalación requerirá también la construcción de infraestructura complementaria: un gasoducto onshore de 18 km para conectarse al Gasoducto San Martín, y un tramo offshore de 4,5 km que llegará hasta el buque, amarrado a 40 metros de profundidad en el lecho marino.
La inversión total en esta etapa inicial, incluyendo plantas compresoras y facilities, ronda los 300 millones de dólares, según precisó el diario La Mañana de Neuquén.
Expectativa por el segundo barco: el MKII
En paralelo, Southern Energy proyecta un segundo buque de licuefacción: el MKII, actualmente en proceso de reconversión en China, con una capacidad de 3,5 MTPA (unos 15,6 MMm³/día).
El FID para esta unidad se tomaría en julio de 2025, y se espera que comience a operar hacia fines de 2027 o comienzos de 2028.
La operación simultánea de ambos buques elevaría la capacidad total a 6 MTPA (27 MMm³/día), lo que permitiría optimizar los ciclos de carga de GNL y reducir costos logísticos.
“Con dos unidades operando en paralelo, evitamos demoras por cargas fraccionadas, algo clave para competir en el mercado global”, destacó Porteau.
Impacto económico y proyección a largo plazo
Durante los 20 años de contrato, el proyecto generaría entre 17.000 y 24.000 millones de dólares en exportaciones, sumaría 850 empleos operativos, movilizaría 6.900 millones en inversiones y generaría entre 6.000 y 11.000 millones en ventas de gas. Más del 50% de los proveedores serían locales.
Además, el proyecto ya recibió beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), a través de la Resolución 559/2025 publicada esta semana en el Boletín Oficial.
Una apuesta estratégica para Vaca Muerta
Porteau estimó que, de aquí al año 2100, considerando la demanda local y regional, se podrían utilizar hasta 176 TCF (billones de pies cúbicos) de reservas de gas de Vaca Muerta.
De ellos, solo 9 TCF serían destinados al proyecto de Southern Energy y otros 25 TCF al desarrollo de Argentina LNG por parte de YPF, lo que deja un margen aún sin utilizar de más de 90 TCF.
“El desafío no es si tenemos gas, sino cómo convertirlo en una fuente concreta de divisas y desarrollo”, concluyó Porteau, reforzando el valor estratégico de esta obra que, con una fecha ya en el horizonte, promete cambiar el mapa energético argentino.