Las caídas en la participación del Gran Rosario en los volúmenes embarcados pueden verse principalmente en las exportaciones de cereales, dado que es más fácil relocalizar la carga. Foto Gente de Río.
Redacción Argenports.com
De no reponerse en estos meses el régimen de lluvias en el sur de Brasil, la logística de exportación por el polo agroindustrial del Gran Rosario podría verse afectada severamente de cara al 2022.
Así lo señala en uno de sus párrafos un reciente informe de la Bolsa de Comercio de esa ciudad santafesina, que lleva las firmas de Emilce Terré, Javier Treboux y Pablo Ybáñez.
El estudio, que aborda distintos aspectos de ese polo agropexportador y señala que a futuro, un factor de preocupación es lo que pueda suceder de cara al pronóstico de un evento Niña en la próxima primavera-verano, tradicionalmente la más lluviosa.
“Este fenómeno se asocia normalmente a lluvias por debajo de lo normal en regiones contribuyentes claves del sur de Brasil y norte de Argentina al caudal del Río Paraná que, de no reponerse en estos meses, podría afectar severamente la logística de exportación agroindustrial argentina de cara al 2022”.
Al analizar la participación en las cargas desde los puertos del Gran Rosario y situación actual, el informe señala que desde esos puertos salen hacia al mundo, en un año normal, aproximadamente el 80% de las exportaciones de granos, harinas y aceites de Argentina, participación que viene manteniéndose relativamente constante en la última década.
En el año 2020, tan solo de los puertos de esa zona se exportó un total bruto de más de 70 millones de toneladas.
Durante ese año, desde las terminales portuarias ubicadas en el Up-River, se embarcaron el 70% de los granos, el 96% de los aceites vegetales y el 96% de las harinas que exportó el país.
“Podemos ver, sin embargo, cómo la participación en los embarques cae en 2021 en relación a los años previos. Esto se explica fundamentalmente por la anormal bajante del Río Paraná, que viene impactando con especial fuerza sobre las exportaciones argentinas.
“El hidrómetro ubicado en Rosario –agregó--, llegó a marcar durante agosto una altura de 33 centímetros por debajo del cero, en lo que fue el peor registro desde desde diciembre de 1970”.
Esta menor altura en el tramo Timbúes-Océano afecta el calado con el que pueden navegar las embarcaciones y limita la capacidad de carga de los buques que surcan las aguas del río Paraná, además de obligar a desviar carga hacia otros puertos.
Respecto a los impactos que el bajo nivel del río está teniendo sobre el polo industrial-exportador, el informe señala que se encuentran las dificultades y costos extras para traer la mercadería desde el norte argentino y de Paraguay y las menores posibilidades de carga de granos y aceites desde la región del Gran Rosario.
A esto se suman los aumentos en las primas de riesgo sobre el precio FOB para exportar aceites y harinas desde Argentina y diversos costos adicionales hacia dentro de la industria debido a la ralentización del ritmo de embarques.
“Las caídas en la participación del Gran Rosario en los volúmenes embarcados pueden verse principalmente en las exportaciones de cereales, dado que es más fácil relocalizar la carga.
“Es decir, las empresas exportadoras pueden aumentar la originación de la mercadería en los puertos más hacia al sur (afrontando el sobrecosto), cosa que no pasa en los productos del complejo oleaginoso, cuya matriz productiva se encuentra principalmente en los mismos puertos del Gran Rosario desde donde se lo embarca”.
Como se observa en el cuadro, en el caso del maíz la participación cae desde la base del 80% que venía manteniendo en los tres años previos al 74% en lo que transcurrió de 2021.
Por el lado del trigo, más repartida su carga con los puertos del Sur de Buenos Aires, por la localización de la producción triguera nacional, la participación en el año 2021 cae a poco más de la mitad de los embarques totales.