Por Redacción Argenports.com
En medio del renovado debate por la privatización de la Hidrovía Paraguay-Paraná, el ingeniero Hugo Rohrmann, especialista en recursos hídricos, afirmó que las tareas de dragado necesarias para garantizar la navegabilidad no implican una amenaza ambiental relevante para el ecosistema del río Paraná.
Rohrmann explicó que las obras de profundización se realizan de manera puntual y controlada en los denominados “pasos críticos”, es decir, en sectores donde la sedimentación natural dificulta la navegación fluvial.

“El Paraná tiene entre 2 y 3 kilómetros de ancho en esta región, y los trabajos se hacen en franjas muy reducidas, de unos 30 metros. No hay un impacto ambiental como para decir que va a generar inundaciones o alteraciones graves”, sostuvo.
Frente a los cuestionamientos de sectores ambientalistas, el especialista consideró que el efecto de estas intervenciones sobre el curso natural del río es prácticamente imperceptible.
“A un río como el Paraná prácticamente no se da cuenta de que en un tramo de 1000 metros se lo dragó”, afirmó.
Las declaraciones de Rohrmann a radio Facundo Quiroga, de Resistencia, se dan en un contexto clave: el Gobierno nacional avanza en la elaboración de los pliegos para licitar el dragado y balizamiento de la vía navegable, luego de varios años de administración transitoria a cargo de la estatal Administración General de Puertos (AGP).
Según anticiparon fuentes oficiales, la intención es lanzar un nuevo proceso licitatorio internacional antes de fin de año, con el objetivo de recuperar eficiencia y atraer inversiones privadas en el mantenimiento de esta arteria fundamental para el comercio exterior argentino.
Mientras tanto, la AGP prorrogó nuevamente el contrato con la empresa Jan de Nul. Esta extensión transitoria busca evitar interrupciones en el servicio hasta tanto se defina el nuevo operador mediante licitación.
Distintas organizaciones sociales y ambientales han manifestado su preocupación por una eventual pérdida de control estatal sobre el río, así como por posibles efectos negativos del dragado sobre humedales y zonas ribereñas.
Sin embargo, desde el punto de vista técnico, voces como la de Rohrmann relativizan esos riesgos y defienden la continuidad de las tareas de mantenimiento como parte esencial del desarrollo logístico del país.