Por Redacción Argenports.com
Las canteras de arenas silíceas en el sur de Río Negro, que supieron ser clave en la cadena de abastecimiento para el desarrollo de Vaca Muerta, atraviesan un momento de incertidumbre.
La reciente decisión de YPF de abandonar la utilización de arenas locales en favor de las provenientes de Entre Ríos dejó camiones detenidos, plantas en pausa y una industria a la espera de señales de reactivación.
El cambio de estrategia impulsado por el CEO de la petrolera estatal, Horacio Marín, se basó en criterios técnicos y económicos, y golpeó de lleno a un sector que había explotado entre 2019 y 2020, cuando Río Negro llegó a cubrir el 40% del total de arena utilizada en Vaca Muerta para fractura hidráulica.
Arenas de cercanía: auge, declive y futuro incierto
El uso de arenas silíceas en Río Negro comenzó en 2017 como una solución de cercanía frente a los altos costos logísticos de transportar material desde Chubut o Entre Ríos.
La zona del Bajo de Santa Rosa, en el sur de la provincia, concentró el mayor desarrollo, impulsado por el auge del shale oil y gas.

En ese contexto, las arenas rionegrinas fueron consideradas una ventaja competitiva: menor distancia (unos 300 km a Vaca Muerta), menores costos de flete, y una calidad que, según el Gobierno provincial, cumple con normas ISO y API internacionales.
Pero desde 2024, y con más fuerza en 2025, la demanda empezó a retraerse. La decisión de YPF fue el golpe de gracia. La compañía ahora apuesta por las arenas entrerrianas, consideradas de mayor redondez, pureza y dureza, atributos que favorecen la eficiencia en la producción de hidrocarburos no convencionales.
El Gobierno rionegrino: “Es una tormenta, pero la demanda volverá”
De todas formas, según señaló el diario Río Negro, desde la Secretaría de Minería de la Provincia, su titular, Joaquín Aberastain relativizó el impacto a largo plazo.
“Es una tormenta. Pero la demanda va a volver. Las arenas de cercanía van a ser necesarias”, aseguró.
El funcionario subrayó que otras operadoras siguen utilizando arena local, incluso como “blend” con materiales de otras provincias.
Además, destacó que no existe documentación técnica pública que cuestione la utilidad del recurso rionegrino.
“No hay evidencia de que nuestras arenas no funcionen”, dijo en alusión a las críticas de Marín, quien citó un estudio de Tecpetrol –su anterior empresa– que atribuye a estas arenas un 20% de pérdida en las reservas recuperables.

Proyecciones: la demanda crecerá un 30% en 2025
A pesar del parate actual, las proyecciones para este año indican una demanda de 5,85 millones de toneladas de arena para fracking en Vaca Muerta, lo que representaría un crecimiento del 30% respecto al año anterior. En ese escenario, Río Negro confía en recuperar protagonismo.
De hecho, fuentes del sector neuquino señalaron al diario Río Negro que se analiza incluso la producción de arena dentro de la propia provincia, para acortar distancias logísticas y reducir costos aún más.
Caso NRG: un síntoma, pero no la causa
El impacto de la crisis también golpeó a NRG Argentina, una de las principales proveedoras de arena de Vaca Muerta, que recientemente ingresó en convocatoria de acreedores.
Sin embargo, desde el ámbito petrolero aclaran que su situación responde a “errores de proyección y manejos financieros”, y no exclusivamente a la caída en la demanda de arenas rionegrinas.
NRG enfrenta, además, causas judiciales por presunta sobrefacturación de importaciones y lavado de activos, por una suma cercana a los 80 millones de dólares.
Esa situación habría limitado su acceso al financiamiento bancario desde 2022, afectando la operatoria general de la empresa.

Espera, mantenimiento y una industria en pausa
En varias plantas del sur rionegrino hoy solo se realizan tareas de mantenimiento, mientras las máquinas y los camiones esperan un cambio de escenario.
Pese a los 300 kilómetros que la separan de Vaca Muerta –contra los 1.300 km que deben recorrer las arenas entrerrianas–, la calidad del insumo es el nuevo campo de disputa, más allá de la cercanía.
Las miradas están puestas en la evolución de la demanda, en la apertura de nuevos pozos y en posibles cambios de estrategia por parte de las operadoras.
El negocio de las arenas de fracking, como todo en Vaca Muerta, se mueve al ritmo cambiante de la industria del petróleo y el gas.