Por Redacción Argenports.com
Camuzzi Gas Inversora sorprendió al sector energético con el lanzamiento de LNG del Plata, un proyecto que busca convertir al Puerto La Plata en un nuevo polo exportador de gas natural licuado.
La iniciativa, presentada bajo un esquema de inversión de largo plazo, propone instalar una unidad flotante de licuefacción, transportar gas desde Vaca Muerta y construir infraestructura marítima y terrestre para exportar GNL a gran escala.
Se trata de un salto inédito para la empresa, históricamente vinculada a la distribución, que ahora apuesta por integrarse de lleno al negocio global del gas. Para la región, el plan promete empleo, movimiento portuario e impacto económico directo.

Un proyecto integral con alcance internacional
La iniciativa incluye tres grandes componentes: un buque licuefactor amarrado en el puerto, una plataforma ubicada frente a Ensenada y un gasoducto subacuático de más de 10 kilómetros para conectar esa instalación con la red troncal de transporte.
El objetivo es producir alrededor de 2,4 millones de toneladas anuales de GNL, un volumen significativo que permitiría insertar a La Plata en el mapa energético internacional.
Durante el verano, cuando la demanda local baja, la planta operaría a régimen completo para la exportación. En invierno, el sistema funcionaría como soporte al abastecimiento interno.
Ese enfoque dual busca aprovechar la capacidad ociosa estacional de los gasoductos y, al mismo tiempo, optimizar el uso del recurso neuquino.
En el largo plazo, la empresa proyecta un aporte en divisas superior a los 14 mil millones de dólares.
También te puede interesar: Argentina consolida su salto al GNL: Southern Energy acuerda con SEFE y activa el mayor contrato energético del país

Infraestructura, logística y calendario de ejecución
El proyecto involucra infraestructura portuaria, offshore y de transporte terrestre. El gas de Vaca Muerta llegaría a Buenos Aires a través del sistema existente y se derivaría hacia la nueva plataforma mediante un ducto submarino.
Allí sería pretratado y enviado al buque licuefactor, que ejecutaría el proceso de enfriamiento y conversión a GNL para su posterior carga y exportación.
La compañía estima iniciar obras en 2026 y alcanzar la operación comercial hacia 2028.
El cronograma depende de aprobaciones regulatorias, acuerdos logísticos y la disponibilidad del buque de licuefacción, una pieza clave para la viabilidad del proyecto.

Impacto económico y proyección para La Plata
Camuzzi anticipa la creación de al menos 500 empleos directos entre construcción y operación.
A nivel local, la iniciativa podría impulsar una nueva dinámica industrial en torno al puerto, reactivando servicios, movimiento marítimo y operaciones conexas.
Para La Plata, el proyecto representa la posibilidad de consolidarse como nodo estratégico en el Atlántico Sur. La zona portuaria de Ensenada podría recuperar protagonismo con una actividad energética de alto valor agregado, combinando exportación e infraestructura técnica de avanzada.
Un movimiento que reconfigura el tablero del GNL argentino
El proyecto aparece en un contexto de creciente interés por parte de empresas locales y globales en convertir a Vaca Muerta en un proveedor mundial de gas.
Tradicionalmente, los desarrollos de GNL se concentraron en la Patagonia, pero la propuesta de Camuzzi desplaza parte de esa estrategia hacia la provincia de Buenos Aires, con un puerto de aguas abrigadas y excelente conectividad.
Con esta apuesta, La Plata se posiciona como alternativa complementaria a otros planes en marcha, diversificando las rutas energéticas y agregando flexibilidad al sistema nacional.
Al cierre del anuncio, el presidente del consorcio del Puerto La Plata (PLP), José María Lojo, destacó el valor estratégico del lugar.
“Se tenía todo lo necesario para el proyecto y la compañía eligió este lugar porque es el puerto que mejor vincula la red de gas del área metropolitana con el océano”.

Añadió que la iniciativa “brindará una gran potencialidad de desarrollo y una cantidad de puestos de trabajo”, puntualizó.
Por su parte, el presidente de Camuzzi Gas Inversora, Alejandro Macfarlane —uno de los impulsores del plan— definió al proyecto como “sumamente relevante para el desarrollo del país”, resaltando que “no solo permitirá generar 500 puestos directos de trabajo, sino que a lo largo de los 20 años de operación previstos aportará más de USD 14.500 millones en divisas provenientes de exportaciones”.
Ambas voces subrayan la dimensión estratégica —industrial, portuaria y económica— del proyecto, reforzando la idea de que La Plata puede transformarse en un nodo de GNL con alcance nacional e internacional.
Desafíos: infraestructura, regulaciones y mercado
El desarrollo enfrenta desafíos estructurales. La infraestructura complementaria debe avanzar sin retrasos, desde el ducto subacuático hasta las modificaciones logísticas en tierra.
El marco regulatorio también será determinante para garantizar estabilidad fiscal y previsibilidad en un negocio que exige inversiones intensivas y contratos de largo plazo.
A esto se suma la competencia internacional: el mercado global del GNL atraviesa ciclos de precios dinámicos y requiere eficiencia operativa para asegurar competitividad.
Aun así, el proyecto marca un hito para la empresa y para la provincia. Si se concreta como está planteado, La Plata podría sumarse al circuito mundial de exportadores de GNL, con un impacto directo en la economía regional y en la matriz energética argentina.









