La Vía Navegable Troncal volverá a estar en manos de privados, según dispuso la administración nacional Fotos Barcos en el Río Paraná.
Por Redacción Argenports.com
El gobierno nacional lanzó hoy el llamado a licitación pública nacional e internacional para la concesión de la Vía Navegable Troncal.
El sector comprendido se extiende entre el kilómetro 1238 del Río Paraná, punto denominado Confluencia, hasta la Zona de Aguas Profundas Naturales, en el Río de la Plata exterior, hasta la altura del kilómetro 239,1 del canal Punta Indio, por la vía del Canal Ingeniero Emilio Mitre y el Río Paraná de las Palmas, Río Paraná Bravo, Río Paraná Guazú, Río Talavera, Río Paraná–Océano Atlántico.
El cierre de presentación de ofertas será el 29 de enero de 2025, a las 12, mientras que la apertura del sobre número 1 será ese mismo día, a las 13.
La denominada Licitación Pública N° 1/2024 se realiza dentro del régimen de concesión de obra pública por peaje en el marco de la ley 17.520 y sus modificatorias, para la modernización, ampliación, operación y mantenimiento del sistema de señalización y tareas de dragado, redragado y mantenimiento de la Vía Navegable Troncal.
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La Comisión Evaluadora, que quedará integrada por Ariel Cherubini, Francisco mansanta y Cristian Rigueiro, mientras en carácter de miembros suplentes han sido designados Marian Cantando, Juan Ignacio Devincenzi y Pablo Sofio.
Así, tras largos meses de incertidumbre, finalmente el Gobierno nacional lanzó oficialmente el llamado a licitación para la concesión privada de la Vía Navegable Troncal, con el objetivo de recibir ofertas a partir de enero.
El anuncio de la licitación se realizó en un acto que reunió a destacados referentes del ámbito privado y productivo, incluyendo a Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara de Puertos Privados Comerciales, y Gustavo Idígoras, titular de CIARA-CEC. Durante el evento, se subrayó la importancia de garantizar una gestión eficiente y de mantener tarifas competitivas para los usuarios.
La concesión, que tendrá un plazo de 30 años, establecerá altos estándares técnicos y financieros para las empresas participantes, promoviendo la intervención de actores internacionales de primer nivel en obras fluvio-marítimas.
Entre las principales novedades, se incorporarán bases con radares, sistemas satelitales para el seguimiento de buques y una renovación total de la señalización.
Estas acciones no solo buscan optimizar la navegabilidad, sino también reforzar los controles para combatir el narcotráfico y el terrorismo.
Uno de los puntos destacados es la implementación de un sistema de “iluminación” de la vía. Este esquema utilizará drones y comunicación satelital para realizar un seguimiento preciso de todos los barcos que transiten por la hidrovía.
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Además, la empresa que resulte adjudicataria deberá hacerse cargo de los costos de las inspecciones, que continuarán bajo supervisión del Estado.
“Esto es un negocio a riesgo empresarial. Si la concesionaria realiza un buen trabajo y genera ingresos mediante el cobro de peajes a los navíos, será una situación ideal. De lo contrario, las compañías saben que asumirán el riesgo. Aun así, entendemos que es una oportunidad única para ellas”, explicó una fuente cercana al proceso de licitación.
El futuro concesionario tendrá a su cargo un plan de obras prioritarias que deberá ejecutarse en los primeros cinco años del contrato.
Entre las tareas más relevantes, se encuentra la profundización inicial a 39 pies en el tramo Timbúes-Océano, con la posibilidad de extender a más de 39 pies mediante métodos dinámicos durante la concesión.
También se habilitarán nuevas zonas de fondeo y sobrepaso, diseñadas para reducir costos y tiempos logísticos.
El esquema de concesión implica que las empresas asuman íntegramente el riesgo del negocio, sin intervención financiera del Estado, y cumplan con las condiciones establecidas en los pliegos.
Este modelo, además, busca fomentar la participación de compañías internacionales de primer nivel en términos de solvencia técnica y económica.