Por Adrián Luciani / info@argenports.com
En un escenario de cambios logísticos y tecnológicos que redefinen la navegación interior y marítima del país, el practicaje se consolida como un pilar estratégico para la seguridad operativa de los puertos argentinos. Con más de tres décadas de desarrollo desde su desregulación, el sistema logró alcanzar un equilibrio entre eficiencia, capacitación profesional y adopción tecnológica.
Desde la Cámara de Practicaje y Pilotaje, John Eric Ryan, su presidente, impulsa una visión de largo plazo que combina seguridad, competitividad y sostenibilidad. En esta entrevista con Argenports.com, el dirigente explica por qué el practicaje debe entenderse como una inversión estratégica, repasa el rol de los prácticos en la gobernanza de la Hidrovía y plantea los pasos necesarios para garantizar el futuro de la profesión en la Argentina.

Ryan analizó los desafíos del practicaje frente al futuro de la Hidrovía Paraguay-Paraná
Presente del Practicaje
—¿Cómo describiría el estado actual del practicaje en la Argentina?
–Después de más de treinta años desde la desregulación del practicaje podemos decir, sin lugar a dudas, que Argentina hoy cuenta con un servicio robusto y eficiente. Todos los puertos del país cuentan con prácticos capacitados y no se producen demoras en las entradas y salidas de los buques por causa del servicio.
Hemos ido acompañando el crecimiento de las vías navegables y de la infraestructura portuaria, así como la evolución de los tamaños y calados de los buques que las utilizan, de forma eficiente. En síntesis, es un servicio que funciona muy bien.
—¿El esquema actual de personal, formación y recursos es suficiente para la demanda de tráfico marítimo y fluvial?
–El sistema se encuentra autoregulado, equilibrado, atendiendo los picos de demanda de forma adecuada en todas las zonas de practicaje, desde el litoral marítimo Sur hasta los puertos upriver. La formación es particularmente distinta en cada zona, porque obedece a las características propias del tráfico y su relación con el medioambiente: Ushuaia, marítima y rocosa, y Rosario, eminentemente fluvial: son muy distintas. Así, cada zona debe preparar sus recursos humanos ajustándose a sus particularidades.
Es fundamental mantener un equilibrio en la cantidad de prácticos del sistema para evitar situaciones de fatiga, por un lado, y de pérdida de expertise, por el otro.

Infraestructura, seguridad y operación diaria
—¿Cómo afecta la falta de dragado, balizamiento o mantenimiento en ciertos puertos al trabajo de los prácticos?
–La falta de dragado y balizamiento afectan la operatividad misma de cada puerto, creando restricciones para su uso y aumentando los riesgos.
Pero para ser claros, lo que más afecta la labor de un práctico es la falta de información fidedigna y actualizada. Hoy nos ayudamos y nos apoyamos mucho en la tecnología, pero el mejor programa de navegación electrónica resulta de poca ayuda si está cargado con datos erróneos o desactualizados.
—¿Argentina está realmente preparada para recibir buques cada vez más grandes?
–Para que el país pueda recibir buques de mayor tamaño, y de más calado, es necesario avanzar con obras de infraestructura. Un ejemplo es el puerto de Bahía Blanca que ya está recibiendo buques tanque tipo Suezmax para la exportación de crudo.
Para que buques tipo Panamax o algo mayores puedan ser competitivos tomando las cargas de la cadena agroexportadora de los puertos del upriver será necesario adecuar la VNT. ¿Si se puede hacer? Sí, claramente. Lo mismo ocurre constantemente con el puerto de Buenos Aires. Desde el Practicaje acompañaremos cada una de las iniciativas para lograrlo.
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–Usted suele decir que “el practicaje es una inversión estratégica”. ¿Por qué considera que no es un costo sino un factor de competitividad?
–Todos los países desarrollados estudiaron el tema del “costo de Practicaje”. Y todos esos estudios terminan demostrando que por cada dólar que se invierte en él, resulta en decenas de dólares que se dejan de gastar no sólo en temas operativos como ser demoras y congestiones de tráfico, también se dejan de gastar en el control de accidentes, medio ambiente y vidas humanas. Por eso sostengo que el practicaje debe ser visto como una inversión estratégica.
Cambios en la legislación actual que tiendan a debilitar este servicio sólo redundarán en mayores costos, que serán soportados por la industria y luego transferidos a productores y consumidores. Visión totalmente errada.
Hidrovía Paraná-Paraguay
— ¿Cómo evalúa el presente de la Hidrovía en este contexto de transición y licitación indefinida?
–La obra que se ejecutó a partir de 1995 fue realmente muy exitosa. Todavía hoy, después de tantos años, lo es. Pero claramente nos ha quedado “chica”. Es necesario reeditar la concesión teniendo en cuenta no sólo las necesidades actuales de la industria, también la aplicación de tecnología moderna para la óptima utilización de la VNT.
Estamos esperanzados en que se tengan en cuenta nuestras sugerencias referidas a radas, zonas de maniobra y zonas de espera. Como así también a relevamientos batimétricos para que éstos sean frecuentes, de calidad y de rápida difusión. Temas que hemos planteado en las Mesas de Trabajo a las que hemos sido convocados.

–¿El practicaje debería tener un rol técnico más formal dentro de la gobernanza de la Vía Navegable Troncal?
–Claramente los prácticos podemos aportar nuestro conocimiento y experiencia, desde el punto de vista de la navegación, para ayudar a tomar las mejores decisiones. Siempre estamos a disposición de quién pueda tener cualquier inquietud al respecto.
–Usted afirmó que “la navegación eficiente se logra donde se cruzan seguridad y fluidez”. ¿Hoy estamos lejos o cerca de ese punto?
–Esa afirmación es un camino anhelado al que se tiende a llegar, pero que nunca se llega a completar. Siempre habrá algo más que se pueda hacer para seguir subiendo la vara.
Es importante que todos los actores involucrados tengan presente que con ingenio y decisión, además de obras y aplicación tecnológica, debemos intentar que el tráfico marítimo por la VNT no sea un cuello de botella.

Marina Mercante y futuro de la profesión
–¿Qué vínculo observa entre la crisis de la marina mercante nacional y el futuro del practicaje? ¿Existe recambio generacional? ¿La formación, simuladores y capacitación son hoy una debilidad o una fortaleza del sistema argentino?
–Los prácticos fuimos previamente Capitanes en buques de bandera argentina o con tratamiento argentino. Sin lugar a dudas la política aplicada a la marina mercante nacional impacta en los recursos humanos disponibles para el practicaje. Actualmente se cuenta con la cantidad de profesionales suficientes para abastecer la demanda del sistema. Hay recambio generacional, evoluciona el recurso humano junto con los cambios tecnológicos y reglamentarios, nacionales e internacionales de la flota mundial, esto es OMI fundamentalmente, lo que hace que los nuevos prácticos ya vengan aggiornados. Por supuesto, que como decíamos antes, la formación es particular de cada zona y la única manera de transmitir los conocimientos es a través de los prácticos activos, que conocen su zona y pueden transmitirlo adecuadamente.
El uso de simuladores y otras tecnologías por supuesto que son una fortaleza y, diría que son necesarios, estamos en un alto nivel de capacitación y desde la Cámara de Practicaje nos ocupamos de la mejora continua con sistemas de gestión de calidad, cursos como el BRM-P, y otros. Creemos que la creación de la Fundación Instituto del Practicaje Argentino, para ocuparse de esos temas, es la respuesta adecuada a esos requerimientos.
Decisiones estratégicas
–Si tuviera que proponer tres decisiones estratégicas para los próximos años, ¿cuáles serían para mejorar la seguridad, fortalecer la Hidrovía y proyectar el practicaje al futuro?
–1. Apoyar decididamente las nuevas directrices en relación a los medios de trasbordo de los prácticos, incluyendo su empoderamiento para decidir al respecto, logrando así mejorar su seguridad individual. La utilización de lanchas habilitadas y tripuladas con personal idóneo y familiarizado con la tarea es de vital importancia. En relación a la seguridad sistémica, la continua capacitación de los profesionales y la aplicación de nuevas tecnologías es un norte que no debemos dejar de seguir.
2. Que la nueva licitación en marcha debe ser ambiciosa, que comprenda la velocidad de los cambios tecnológicos y que no se autolimite en sus posibilidades.
3. Avanzar con nuestra propuesta en la creación del Instituto del Practicaje. Y promover una Ley de Practicaje que provea seguridad jurídica a la actividad.











