El primer cargamento, proveniente de la planta Fast LNG en Altamira, Tamaulipas —operada por New Fortress Energy—, zarpó en septiembre rumbo a Europa a bordo del buque Energos Princess Foto Energos Infraestructure.
Por Redacción Argenports.com
En 2024, México marcó un hito en su desarrollo energético al realizar su primera exportación de gas natural licuado (GNL).
Con una ubicación estratégica que le permite reducir costos logísticos y evitar el oneroso Canal de Panamá, el país avanza con firmeza hacia el mercado asiático, desafiando el dominio regional de Vaca Muerta en Argentina.
El primer cargamento, proveniente de la planta Fast LNG en Altamira, Tamaulipas —operada por New Fortress Energy—, zarpó en septiembre rumbo a Europa a bordo del buque Energos Princess.
El envío, de aproximadamente 70 mil metros cúbicos de GNL (47 mil toneladas), es solo el comienzo. La planta, que recibe gas natural desde el hub de Agua Dulce en Texas, cuenta con una capacidad inicial de 1.4 millones de toneladas anuales (mtpa) y prevé duplicarla a 2.8 mtpa en 2026 con la incorporación de una segunda fase, FLNG 2, según precisó el diario La Mañana de Neuquén, en un informe.
El verdadero salto de México en el mercado del GNL está ligado a su costa Pacífica, donde varios proyectos buscan satisfacer la creciente demanda de Asia, el mercado más dinámico del mundo.
Entre ellos destacan Energía Costa Azul (ECA), Saguaro Energía LNG y Salina Cruz LNG.
Energía Costa Azul, desarrollado por Sempra Infrastructure, se prepara para iniciar operaciones en 2026 con una capacidad proyectada de 15.3 mtpa.
Por su parte, Saguaro Energía LNG, liderado por Mexico Pacific Limited, promete convertirse en el proyecto más grande del país con una capacidad de 30 mtpa.
La ubicación geográfica privilegiada de estas plantas reduce tiempos de navegación y costos logísticos, lo que representa una ventaja competitiva frente a otros productores.
México avanza con un modelo de integración energética con Estados Unidos, que le garantiza un suministro constante de gas.
Sin embargo, esta misma dependencia representa un desafío: las exportaciones mexicanas dependen en gran medida del gas natural estadounidense. Además, la expansión de infraestructura y la inversión en logística serán clave para consolidar su posición en el mercado global.
En paralelo, Argentina busca posicionar su creciente producción de gas en el mercado internacional.
El proyecto de Southern Energy en la provincia de Río Negro, que involucra a PAE, Golar, Pampa Energía, YPF y Harbour, propone la instalación de una unidad flotante de licuefacción (FLNG) en el Golfo San Matías.
Con una inversión inicial de 2,900 millones de dólares, la unidad tendrá una capacidad de 2.45 mtpa y se espera que inicie exportaciones en 2027.
Mientras México apuesta por su cercanía al mercado estadounidense y la ventaja logística del Pacífico, Argentina confía en sus vastas reservas de Vaca Muerta para competir en Asia.
Ambos países enfrentan desafíos comunes: la necesidad de mejorar infraestructura, asegurar inversiones y desarrollar recursos humanos especializados.
De acuerdo con el informe Mexico NRG Dashboard de Energy Analytics Institute (EAI, 4Q:2024), el éxito de México dependerá de su capacidad para fortalecer su infraestructura exportadora y reducir su dependencia externa.
Por su parte, Argentina también enfrenta el reto de consolidar proyectos que le permitan diversificar sus exportaciones energéticas.
En un contexto global donde Asia lidera la demanda de GNL, la región latinoamericana comienza a consolidarse como un actor clave.
La competencia está en marcha, y México y Argentina buscan un lugar destacado en el tablero energético internacional.