Por Adrián Luciani / info@argenports.com
En momentos en que se empieza a hablar cada vez más de la enorme cantidad de líquidos del gas que producirá Vaca Muerta, el puerto de Bahía Blanca atesora un rol clave en lo que respecta a la exportación de los más importantes: butano, propano y gasolina.
Los datos oficiales reflejan una continuidad notable a lo largo de los últimos veinte años, con un patrón bien definido: Brasil aparece como destino prioritario del GLP y Estados Unidos concentra la demanda de nafta y gasolina, consolidando la relevancia internacional del estuario bonaerense.

Dos décadas de consolidación
Desde mediados de la década de 2000, Bahía Blanca mantuvo un flujo sostenido de exportaciones de líquidos del gas. A lo largo de ese período, Brasil absorbió gran parte del butano y el propano producidos en el polo petroquímico local, en una relación que se fue fortaleciendo con el tiempo. Su fuerte consumo interno y la cercanía geográfica lo convirtieron en el cliente natural de la oferta bahiense.
Por otra parte, Estados Unidos se consolidó como el principal comprador de gasolina y nafta, con operaciones recurrentes que en muchos casos también incluyeron cargamentos de GLP.
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Estos embarques crecieron de la mano de la mayor capacidad de procesamiento del polo petroquímico local, que cuenta con plantas de cracking y refinación capaces de sostener exportaciones regulares hacia el mercado norteamericano.
2024 y 2025: un esquema que se repite
En 2024, el puerto registró un fuerte movimiento de butano y propano hacia Brasil, mientras que Estados Unidos concentró las compras de gasolina y nafta.
Ese mismo año también se concretaron envíos puntuales a Chile y Uruguay, además de operaciones aisladas hacia mercados lejanos como Medio Oriente y Asia, siempre vinculadas a ventanas de precios favorables.
El corte de enero a agosto de 2025 ratifica la misma tendencia. Brasil volvió a encabezar la lista de destinos para GLP, Estados Unidos se mantuvo como socio estratégico en gasolina y nafta, y los países vecinos aparecen en la estadística con volúmenes menores de productos específicos. La continuidad de este patrón demuestra la fortaleza del modelo exportador bahiense.

El respaldo del polo petroquímico
La consistencia de estos flujos tiene como base al complejo petroquímico de Bahía Blanca, uno de los más importantes de Sudamérica. Allí operan compañías de peso como Dow, Mega y TGS, que procesan gas natural y derivados para obtener líquidos como propano, butano y gasolina de pirólisis.
La infraestructura existente, con plantas de separación, tanques de almacenamiento y cargaderos líquidos, asegura un ritmo de exportación constante y le otorga a Bahía Blanca una ventaja estructural frente a otras terminales. Esta capacidad instalada es la que permite mantener operaciones incluso en contextos internacionales de mayor volatilidad.

Ventajas logísticas y competitivas
Otro de los factores decisivos es la infraestructura portuaria. El canal de acceso profundo habilita la operación de buques de gran porte, condición que reduce costos logísticos y convierte a Bahía Blanca en una opción eficiente para este tipo de cargas.
A ello se suma un sistema de bombeo y tanques que permite despachar grandes volúmenes con regularidad, algo indispensable en el comercio internacional de hidrocarburos líquidos.
Su ubicación estratégica también juega un rol determinante. Conectado directamente con los polos productivos del sur argentino, Bahía Blanca se transformó en la terminal natural para los líquidos del gas de Vaca Muerta, que en los próximos años multiplicará su producción y requerirá salidas confiables hacia el mundo.
Una proyección en expansión
La continuidad de las exportaciones de butano, propano y gasolina hacia Brasil y Estados Unidos no solo refleja la madurez del puerto, sino que también anticipa un escenario de crecimiento.

Los planes de ampliación de la infraestructura energética vinculada a Vaca Muerta, junto con el interés de los mercados internacionales, consolidan a Bahía Blanca como hub energético del Atlántico Sur.
En definitiva, las cifras oficiales confirman que Bahía Blanca es hoy la principal salida del país para butano, propano y gasolina, con Brasil como gran comprador regional y Estados Unidos como socio estratégico global.
Una tendencia que se mantiene firme desde hace veinte años y que proyecta al puerto a un rol cada vez más relevante en el comercio exterior energético de la Argentina.