La falta de medios aéreos de patrullaje es una de las principales falencias de nuestro país para frenar la incursión de pesqueros ilegales.
Adrián Luciani /Argenports.com
En menos de un mes comenzará a llegar desde el océano Pacífico al Atlántico Sur la flota pesquera china que operará, como todos los años, al borde a la Zona Económica Exclusiva argentina.
Se trata de al menos 300 buques, la mayoría dedicados al calamar, los cuales se sumarán a otros pesqueros de nacionalidad china, española, coreana y taiwanesa, que operan con regularidad en esa zona del Atlántico Sur, la mayoría con base en el puerto de Montevideo.
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Marzo de 2019. El video muestra al guardacostas GC-24 “Mantilla” durante la riesgosa persecución y capturar del buque “Hua Xiang 801”, de bandera china, que intentó colisionar varias veces al barco argentino.
Esta actividad, según viene señalando el doctor César Lerena, ex funcionario, experto en Atlántico Sur y pesca, se lleva al menos 2.600 millones de dólares anuales y, estos números, en la comercialización final minorista significan entre 14 y 15 mil millones de dólares por año.
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Incluso sostiene que desde 1976 los gobiernos nacionales han tolerado la pesca ilegal de entre 300 y 400 buqwues extranjeros que se llevaron unos 44 millones de toneladas por ujn valor comercial final, minorista, de 770 mil millones de dólares.
A su entender, esta enajenación económica ilegal impidió también la generación de cientos de miles de empleos y el desarrollo de los pueblos pesqueros de toda la costa argentina.
Días atrás, el especialista recordó que mientras Argentina es incapaz de controlar la pesca ilegal con buques chinos en el Atlántico Sur y favorece sus inversiones para que se lleven los recursos naturales, económicos y el trabajo del país. Uruguay facilita las operaciones de las esas embarcaciones ilegales en sus puertos y, promueve, la radicación de capitales chinos en ese país.
“Esta República -dice el presidente Luis Lacalle Pou- puede ofrecerle a China ser el “HUB” (Centro Regional) de «entrada de sus productos y servicios a la región y su acercamiento al Mercosur”.
“Los chinos no vienen por nuestro desarrollo regional, vienen por nuestros recursos”, dijo Lerena.
En este escenario volverá a moverse una vez más la flota pesquera china, mientras que la Argentina, si es que efectivamente quiere poner fin al problema, dispondrá de escasos recursos de control y, encima, antieconómicos.
Desde hace años tanto la Armada como Prefectura Naval han venido sufriendo un proceso de desinversión que marcha a contrapelo del reciente aumento de las multas a la pesca ilegal, cuya positiva sanción legislativa puso fin en septiembre pasado a valores irrisorios que nos se actualizaban desde 1998
Sin embargo, sin medios capaces de asegurar un efectivo control, el aumento de las multas terminará siendo un elemento declamativo, pour la galerie, y nada más.
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Al mismo tiempo, y como ha venido sosteniendo Eduardo Pucci, director ejecutivo de la Organización para la Protección de los Recursos Pesqueros del Atlántico Sur (OPRAS), esta es la única zona del mundo que no tiene un régimen o una regulación en alta mar.
“El pescado se mueve, y la biomasa argentina pasa las 200 millas hasta la zona adyacente y cuanto más se regule adentro de la Zona Económica Exclusiva argentina lo que hacemos sirve de seguro para que el que esté afuera pesque sin escrúpulos ni respeto”.
El ARA Bouchard escolta a un pesquero chino capturado este año.
A la hora de analizar los recursos disponibles, la Armada aparece en principio como la más perjudicada por la severa reducción de sus capacidades esenciales, proceso que se acentuó incluso con la pérdida del submarino ARA San Juan.
Por ejemplo, la División de Patrullado Marítimo cuenta apenas con tres unidades disponibles: el patrullero oceánico ARA Bouchard, comprado usado a Francia, la veterana corbeta ARA Granville y el aviso ARA Bahía Agradable.
Aviso ARA Bahía Agradable.
Estas carencias hacen que deban ser reforzados todos los años con buques del Comando de la Flota de Mar, mientras que el panorama de la aviación naval es angustiante: apenas dos unidades; un viejo avión antisubmarino Grumman Tracker y un Beechcraft B-200 Kin Air.
Según pudo saber Argenports.com Argentina perdió una oportunidad histórica de incorporar tres aviones Lockheed P 3C estadounidenses que iban a ser vendidos por la Armada de ese país, los cuales estaban volando y en excelentes condiciones operativas.
Avión de patrullaje P-3B.
Fracasó la compra de tres aviones Lockheed P 3C a los Estados Unidos.
“Se trataba de un hot transfer, muy conveniente, pero cambió el gobierno y la operación no se hizo. Ahora hay que empezar de nuevo, buscar y evaluar nuevas unidades que puedan ser incorporadas a un precio conveniente, pero todo eso lleva tiempo y dinero”, dijeron las fuentes consultadas.
Seguramente se avanzará el año próximo con la modernización de un P-3B en FAdeA, proceso que viene demorado (el año pasado se suspendieron los trabajos por falta de fondos, entre otras razones).
Dos corbetas Meko 140 y un destructor Meko 360 de la Armada.
Como se ha venido informando, afortunadamente a comienzos de 2021 la Armada sumará un patrullero océ