La bajante del río Paraná preocupa a las autoridades que afirmaron que “hay varios barcos que no salen de los puertos porque el río sigue bajando y, sencillamente, no se puede navegar con el riesgo de quedar varado”. Hay buques fondeados en redas de San Nicolás, Villa Constitución y Rosario. Fotos Barcos en el río Paraná.
Por Antonio D'Eramo
Hay barcos que prefieren evitar la navegación por la hidrovía por la carencia de agua en el río Paraná y otros que deciden cargar menos toneladas para no quedar varados.
En Bolivia, las navieras suspendieron el transporte de carga de mercancías del país andino por una de las autopistas fluviales más importantes del mundo y en el puerto de Bahía Blanca comienzan a trabajar mucho más desde que comenzó esta crisis hídrica.
Este año, la Prefectura Naval Argentina estableció un calado máximo de navegación de 8,88 metros, como una medida crítica ante la situación hidrológica del Río Paraná. Hay al menos cinco embarcaciones con un calado de 10 metros que se encuentran detenidas, incapaces de navegar debido a la pronunciada bajante del río.
La bajante del río Paraná preocupa a las autoridades que afirmaron que “hay varios barcos que no salen de los puertos porque el río sigue bajando y, sencillamente, no se puede navegar con el riesgo de quedar varado”. Hay buques fondeados en redas de San Nicolás, Villa Constitución y Rosario.
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Si bien la situación no es similar ni tan dramática como sucedió en 2020, precisamente, el mal recuerdo de esa bajante pone en alerta a todos los usuarios de la hidrovía Paraná- Paraguay.
Fue tan dramática la bajante del comienzo de la década que el paisaje por donde fluye el río se transformó dejando a la tierra desnuda, a la gente caminando por el lecho del río y a varios tramos de la ruta navegable completamente secas.
Funcionarios de la Prefectura Naval Argentina aseguran que la actual bajante no será tan cruel y dura como la que sucedió desde el 2020 hasta el 2022.
Los expertos en clima señalan que se debe a las pobres precipitaciones en Brasil que generaron que el invierno actual sea complicado, pero no al nivel del año 2020.
Los despachantes de granos comenzaron a buscar alternativas para alcanzar el océano Atlántico y, vía ruta y a través de formaciones ferroviarias y camiones, llegaron a Bahía Blanca que está trabajando a destajo.
Los analistas especulan que ingresarán en el corto plazo más de medio millón de toneladas de cereales desde septiembre hasta fin de año si continúa la bajante del río Paraná.
Este movimiento significa el ingreso a las terminales portuarias de Bahía de cerca de 20.000 camiones que transportarán cereales y permitirán que los buques cargueros eleven hasta 8.000 toneladas por granelero antes de hacerse a la mar.
Esta solución se adoptó como un atajo por una notoria bajante del río que terminó haciendo varar a algunos buques a pesar del dragado realizado por la empresa belga Jan de Nul que debe obedecer los mandatos de la Autoridad General Portuaria (AGP) que toma las decisiones teniendo en cuenta que cuando la bajante del río Paraná es muy pronunciada no se puede dragar más allá de la profundidad de diseño que es lo máximo permitido y establece el límite en épocas de bajante.
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Estos puntos fueron analizados por los integrantes de la Bolsa de Comercio de Rosario que, a través de documentos, señalaron que la carga promedio de los buques se ubicó “un 6% por debajo del mismo mes del año pasado”.
La entidad señaló que la altura del Paraná está en mínimos de enero de 2023 y precisó que, si se considera lo ocurrido en la primera semana de septiembre como promedio, quedó como el segundo registro más bajo desde 1970. Esta situación preocupa a la agroexportación, ya que no se esperan grandes mejoras en los caudales para los próximos meses.
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En Bolivia también toman nota de estas circunstancias y Las actividades de las compañías navieras que operan en la hidrovía hacia los puertos bolivianos fueron suspendidas porque afectan el acceso de las barcazas por el Canal Tamengo, donde Bolivia cuenta con tres recintos portuarios para la importación de productos como diésel y nafta, y la exportación de soja y sus derivados.
En Rosario están preocupados y buscan en los archivos por situaciones similares y advierten que en el río Paraná “...luego de alcanzar un pico superior a los tres metros en el pasado mes de mayo, un dato por encima de los promedios históricos comenzó una marcada baja en el nivel del río. De esta manera, la altura hidrométrica del río a la altura de Rosario fue descendiendo en sus niveles y se ubica actualmente apenas superando el medio metro.
“Para la primera semana de septiembre, los niveles actuales se ubican un 74% por debajo de la misma semana del 2023. Solo el 2021 se ubica por debajo de los niveles actuales. Para encontrar otra primera semana de septiembre con niveles por debajo de los actuales debemos remontarnos a 1970″. Hace más de cincuenta años.
Fuente: NA.