Los especialistas estiman que la pesca ilegal se lleva cada año al menos 2 mil millones de dólares de la Zona Económica Exclusiva Argentina.
Adrián Luciani
Argenports.com
La reciente aprobación en el Senado de una ley que aumenta las sanciones a la pesca ilegal fue calificada por sus impulsores como un verdadero acto de soberanía nacional y una cuestión de Estado.
En tal sentido se manifestaron, por ejemplo, el presidente de la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Senado, el oficialista puntano Adolfo Rodríguez Saá, quien dijo que “la pesca ilegal significan entre mil y dos mil millones de dólares anuales de pérdida para la Argentina” y que “tiene más significación que la exportación de carne de vaca”.
Buena parte de los controles está a cargo de la Prefectura Naval Argentina.
“Estamos defendiendo la soberanía argentina sobre nuestras aguas jurisdiccionales. Se trata de una cuestión de Estado”, agregó.
Su compañero de bancada, el bonaerense Jorge Taiana opinó al defender el proyecto que “el Atlántico Sur es el último caladero y con pesca masiva del mundo” y que “por eso vienen a pescar acá”.
“Los buques extranjeros tienen el apoyo ilegítimo e ilegal de las autoridades británicas que usurpan territorio argentino en las Islas Malvinas”, dijo.
Por su parte, el Canciller Felipe Solá dijo que esta norma evitará el saqueo del Mar Argentino y agregó que “constituye un paso más en la defensa de la soberanía nacional”.
Luego, en un comunicado, recordó que "las multas que se aplicaban hasta hoy habían sido establecidas en 1998 y resultaba necesario actualizarlas porque eran irrisorias”.
El "ARA Bouchard" y un pesquero chino ilegal. La Armada también tiene a cargo el patrullaje marítimo.
Sin embargo, más allá de este necesario paso que la Argentina dio a través de su legisladores, actualizando finalmente sanciones que como bien manifestó el Canciller no se ajustaban a la realidad y eran objeto de burla, apenas constituye un primer y gran paso hacia la defensa de nuestros recursos naturales y, por ende, de nuestra soberanía en el mar.
El caso más evidente de la carencia de medios para un adecuado control del Mar Argentino es la falta de aeronaves de patrullaje marítimo que evidencia la Armada.
Aún queda un largo camino por recorrer debido a la magnitud de un problema que afortunadamente ha sido objeto de atención.
Una de las cuestiones principales de este complejo escenario tiene que ver con los escasos medios disponibles para el control de la pesca ilegal en el extenso Mar Argentino.
De nada servirá con aumentar las sanciones si las fuerzas destinadas a velar por el cumplimiento de las leyes (Armada – Prefectura Naval) carecen de los recursos necesarios.
El caso más evidente es la falta de aeronaves de patrullaje marítimo que evidencia la Armada.
Otra de las medidas que se necesitan para defender, efectivamente, la soberanía y nuestros recursos, va más allá de impedir que los pesqueros extranjeros ingresen a la Zona Económica Exclusiva de la Argentina.
Hoy es impostergable formalizar acuerdos que permitan regular la actividad pesquera en zonas adyacentes, ya que el recurso ictícola se desplaza sin tener en cuenta las fronteras humanas.
Eduardo Pucci, director ejecutivo de la Organización para la Protección de los Recursos Pesqueros del Atlántico Sur (OPRAS), opinó tiempo atrás que la solución al problema requiere de voluntad política y de una persistente y compleja negociación internacional.
“La nuestra es la única zona del mundo que no tiene un régimen, una regulación en alta mar. El pescado se mueve, y la biomasa argentina pasa las 200 millas hasta la zona adyacente y cuanto más se regule adentro de la Zona Económica Exclusiva argentina lo que hacemos sirve de seguro para que el que esté afuera pesque sin escrúpulos ni respeto”, dijo.
En la milla 201 se concentran cada año, en el pico de la temporada, unos 500 pesqueros de distintas nacionalidades.
En un sentido parecido se viene manifestando también el ambientalista Milko Schwarzman, quien asegura que no alcanza solo con actualizar las multas, sino que, por ejemplo, debe aplicarse también la incautación de las embarcaciones.
“Esa debe ser una de las medidas a tener en cuenta porque todos los buques que se capturaron en los últimos años están nuevamente pescando en el borde de la milla 200 del Mar Argentino, generando un dano altísimo, con posibilidad de reincidencia en pesca ilegal”, aseguró.
Su visión del problema es coincidente con la de Pucci.
“El impacto ambiental que genera esta flota es terrible, ya que, por más que esté en la milla 201, fuera del Mar Argentino, el daño es el mismo, porque son las mismas especies, a saber, el calamar, la merluza, las mantarrayas o los delfines, entre otros”, explicó.