Varios puertos marítimos serán beneficiados con algunas de las grandes iniciativas. Foto Guillermo Giagante.
El Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) potenciará la llegada de capitales a distintos sectores claves de la economía, con eje en la energía y la minería, coinciden especialistas.
El RIGI mantiene el monto base para las inversiones de US$ 200 millones para foresto industria, infraestructura, minería, energía, tecnología, turismo, petróleo y gas, y siderúrgica.
Los proyectos incluidos en el RIGI deberán destinar, como mínimo, el 20% del monto total de la inversión a contratar proveedores nacionales.
Desde el Gobierno, destacan que las empresas de energía y minería tienen anuncios por unos US$ 100.000 millones para la próxima década, con un gran foco en Vaca Muerta.
La lista de obras es liderada por la construcción de gasoductos y oleoductos que transporten gas y petróleo no convencional a puertos exportadores y zonas alejadas de yacimientos hidrocarburíferos. También la construcción de nuevos puertos exportadores.
En materia minera, obras vinculadas al litio, mientras que en cuanto a energía verde, pueden llegar inversiones para construir más parques solares y eólicos.
También se incluyen líneas de alta tensión para abastecer con energías renovables a grandes industrias, pozos petroleros y gasíferos de Vaca Muerta, plantas de tratamientos y minas en la alta montaña. Además de aeropuertos y emprendimientos hoteleros y gastronómicos para fomentar el turismo y los negocios.
Hay al menos cinco grandes proyectos energéticos y mineros que se verán favorecidos por el RIGI. Entre todos, se acercan a la suma de los US$ 100.000 millones.
De ese total, el 75% corresponde a los no convencionales (u$s 8.569 millones), con foco principal en el petróleo (85%); en tanto sólo el 25% se destinará para bloques convencionales (u$s 2.792 millones).
El megayacimiento no convencional de Vaca Muerta puede ser el gran capitalizador de las nuevas leyes aprobadas por el Congreso. En lo que va de 2024, ya se superaron las 7.600 etapas de fractura y se espera cerrar el año con 18.000.
Entre las principales inversiones, se anotan YPF con US$ 4.400 millones, PAE con US$ 1.600 millones, Vista con US$ 1.000 millones; Tecpetrol con US$ 500 millones, Shell con US$ 400 millones y CGC con US$ 360 millones, entre otras. Si a esto se suma el potencial que aportará el RIGI, la lista de inversiones posibles es ilimitada.
En materia de energía, el principal proyecto atado al RIGI es la planta de GNL de YPF y Petronas, con una inversión inicial de US$ 360 millones en partes iguales. Incluso, Petronas confirmó el inicio de la construcción de una unidad flotante de procesamiento de Gas Natural Licuado (GNL), para operar en conjunto con YPF y poder exportar a partir de 2027 el gas de Vaca Muerta. El acuerdo con Petronas prevé comenzar a exportar GNL a partir de 2027.
Este proyecto, llamado ARGLNG, busca alcanzar en la próxima década una exportación de 120 mm3/d por un valor de US$ 16.000 millones.
A esto, se suma la perforación del primer pozo de hidrocarburos offshore en la Cuenca Norte del Mar Argentino. Especialistas estiman que generará inversiones por US$ 40.000 millones y la contratación de más de 100 mil trabajadores. Los impactante de este proyecto es que podría tener un potencial incluso superior a Vaca Muerta. Pero claro, hay que sacar el fluido del fondo del mar, a 4.000 metros de profundidad, algo que Argentina nunca desarrolló a gran escala. El proyecto podría sumar unos 200.000 barriles diarios, por un valor de US$ 35.000 millones.
A estas iniciativas se suma el proyecto para convertir a Río Negro en un polo mundial de exportador de hidrógeno verde. Llamado Proyecto Fortescue, implicaría inversiones por unos US$ 10.000 millones. Se podrían producir más de 2 millones de toneladas anuales de energía limpia. Representa la demanda de unos 15 millones de hogares.
En materia minera, los proyectos en danza incluyen extracciones de cobre que generarían inversiones por más de US$ 20.000 millones. La proyección de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) estimó que en una década la demanda de cobre en el mundo puede crecer a casi 10 millones de toneladas, y recomienda que la Argentina se posicione a gran velocidad para satisfacer a parte de esos compradores. (NA).