Por Redacción Argenports.com
A pesar del inicio de la temporada de pesca del langostino, los barcos congeladores no salieron del puerto, encendiendo las alarmas en el sector pesquero.
Empresarios afirman que los costos laborales y la presión impositiva han vuelto insostenible la actividad, llevando a la flota a operar con pérdidas.
Un sector en crisis: “Cada barco pierde US$10.000 por día”
Damián Santos, CEO del Grupo Pesquera San Isidro y dueño del 10% de la flota nacional, explicó que la situación económica es insostenible.
“Cada barco pierde US$10.000 por día. No podemos seguir operando en estas condiciones”, aseguró.
Aun si se llegara a una solución, los barcos tardarían al menos 15 días en zarpar, ya que se encuentran desarmados en Zárate.
La falta de operatividad compromete la primera parte de la temporada, que finaliza en octubre.
Impacto económico: 46.000 empleos en riesgo y exportaciones en peligro
La industria pesquera argentina genera más de 46.000 empleos directos y en 2024 exportó más de US$1.981 millones.
El langostino representa un rubro clave, con exportaciones por US$600 millones. Sin embargo, la incertidumbre amenaza la continuidad de estos envíos, afectando mercados como China, España, Italia y Japón.
Empresarios exigen cambios en costos laborales e impositivos
En un comunicado conjunto, entidades como el Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA), la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca) y la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (Caipa), alertaron sobre la falta de competitividad del sector.
“El costo de una tripulación a nivel internacional equivale al 33% de la producción de un barco por marea. En Argentina, este costo se eleva al 60%.
“A esto –agrega el documento–, se suman impuestos elevados y el aumento de los Derechos Únicos de Extracción (DUE), que erosionan la rentabilidad de las empresas pesqueras”.
Desbalance en costos y precios internacionales
Eduardo Boiero, presidente de Capeca, explicó al diario La Nación que el alto costo operativo supera los ingresos.
“Si un barco pesca 100 toneladas, el 60% se lo lleva la tripulación, el 6% son retenciones, el 9% combustible, el 2% derechos de extracción, y los costos siguen. Hoy, por cada dólar que se pesca, el costo es de US$1,21”.
Por su parte, Santos insistió en la necesidad de eliminar los derechos de exportación para la pesca.
“Nos endeudamos para pagar impuestos, esto es confiscatorio”, sostuvo.
Convenios laborales desactualizados
Otro punto clave del conflicto es la estructura salarial del sector.
Según Boiero, el convenio vigente data de 2005, cuando el precio del langostino era de US$12 el kilo.
Hoy, con un valor inferior a US$6, los costos laborales resultan insostenibles.
“Los convenios deben actualizarse. Un capitán puede ganar US$30.000 brutos al mes, y aunque solo trabajen seis meses al año, reciben un sueldo fijo en los meses inactivos.
“Cada barco emplea entre 25 y 40 personas, con costos salariales que ya no se pueden sostener”, agregó.
“No se trata de culpar a los trabajadores, sino de ajustar los convenios a la nueva realidad. Antes el negocio era rentable, pero ahora no aguanta el nivel salarial anterior”.
El sector exige respuestas urgentes
Empresarios pesqueros piden al Gobierno medidas inmediatas para evitar el colapso de la industria.
La falta de acción podría generar un impacto devastador en la economía del sector, poniendo en riesgo miles de empleos y la continuidad de las exportaciones.
Mientras tanto, los barcos siguen amarrados en el puerto y la incertidumbre crece.